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Actualizado: 25 nov 2022 / 04:00 h.
  • ¿Sabes donde están las “Bases” en Sevilla?

Debo tirar del cuaderno de campo para poder recordar cuando fue la primera vez que pisé aquellos caminos pedregosos y aquellas calles asfaltadas que poco a poco la naturaleza va haciendo suyas nuevamente.

Fue allá por el año 1998, un mes de junio concretamente, cuando unos intrépidos muchachos de 25 años nos disponíamos a desarrollar nuestras dotes de exploradores... Esos jóvenes, estábamos a punto de comenzar una aventura que jamás olvidaríamos y que provocaría el bautismo para algunos de nosotros en el mundo del misterio... una historia que se ha prolongado en el tiempo y que aún llega a nuestros días...

Esos jóvenes éramos José Manuel García Bautista y David Flores, estos que os intentarán plasmar en estas líneass todo lo que aquel día vivimos y lo que en años posteriores hemos podido descubrir a través de nuestras investigaciones en el lugar de los hechos, acompañado como en otras ocasiones por algunos amigos igualmente enamorados de este mundo del misterio.

Como digo, corría el mes de junio de 1998. Una calurosa tarde-noche de verano sevillana hizo que nos decidiéramos a explorar unos edificios abandonados de los que habíamos oído hablar en algunos foros y a algún que otro conocido. Bocadillo y refresco en nuestras mochilas, además de una cámara de video y algunas linternas, pusimos rumbo hacia el complejo de las Bases abandonadas de San Pablo, en el barrio de Sevilla Este de la capital Hispalense.

Los comentarios entre nosotros durante el camino eran variopintos, si bien nunca imaginábamos que aquel lugar tuviera una historia parapsicológica detrás.

Llegados al lugar, unos impresionantes edificios se levantaban ante nuestros ojos. Es cierto que un ligero escalofrío recorrió nuestros cuerpos, pues incluso al más aventado de los investigadores de hoy en día se le eriza el vello cuando conocen el lugar.

Uno, dos, tres.... hasta 9 edificios a derecha e izquierda podíamos apreciar a simple vista... parecieran como sacados de una película de terror... paredes destrozadas, escombros por los suelos, huecos de ventanas que dieran la impresión de estar ocupadas por los antiguos moradores del lugar y que observaran nuestros movimientos por las calles... sin embargo, sólo las chicharras y el canto de algún que otro grillo eran nuestros compañeros de aventura... al menos que pudiéramos ver u oír como algo natural.

Aquel lugar era sencillamente impresionante. Unos pasillos que parecían interminables; habitaciones ya sin puertas y muchas de ellas con paredes medio derruidas; suelos llenos de escombros y en algunos casos de agujeros que dejaban entrever los pisos inferiores; escaleras que daban la sensación de que nuevas sensaciones y algo increíble estaría a punto de ocurrir... Sin embargo, sólo nuestro nerviosismo parecía mostrarse en cada rincón de aquel fantasmal edificio.

Salimos del mismo, quizás algo frustrados por la ausencia de elementos que pudieran dar algo más de emoción a nuestra aventura. La verdad, es que tampoco teníamos claro que queríamos encontrar, por lo que esa frustración pasó a ser nuevamente ese espíritu curioso que nos movió a comenzar esta aventura.

Su “casi” desconocida historia

Para comprender un poco el por qué y el cómo de esta Base Militar Americana en Sevilla, quizás debamos primero adentrarnos en los diferentes Planes, Tratados y Resoluciones que tuvieron lugar entre Estados Unidos y los países aliados en Europa.

Debemos remontarnos al año 1947. A comienzos de dicho año, la situación política en los Balcanes era algo preocupante para Estados Unidos y sus países aliados. El 4 de marzo de 1947, Inglaterra y Francia firmaron el Tratado de Alianza y Asistencia Mutua, conocido como Tratado de Dunquerque, el cual tendría una vigencia de 50 años. Este tratado es conocido como el primer acuerdo militar de posguerra.

Dicho Tratado de Dunquerque se hizo público para de esta forma, evitar las posibles suspicacias que pudiera provocar y no deteriorar aún más las ya maltrechas relaciones existentes con la Unión Soviética. Si bien estaba dirigido a prevenir una posible nueva agresión alemana, el Kremlin lo consideraba poco creíble, aunque con dicha publicación, se evitaron reacciones de los Soviéticos.

El Tratado de Dunquerque junto con la Resolución Vanderberg, fueron los pilares fundamentales para la creación de la OTAN. El primero, tal y como hemos indicado, porque serviría como convenio militar para contener al comunismo. El segundo, porque sería la resolución legislativa que dio el pase para que el gobierno de los Estados Unidos pudiera firmar acuerdos militares regionales.

Junto con estos dos documentos, un tercero, fundamental para que algunos países pudieran confiar en la OTAN sería el Plan Marshall, el cual serviría de ayuda para los países europeos asolados por la guerra.

Tras la creación de la OTAN y el Plan Marshall, Estados Unidos entra en conversaciones con los diferentes países aliados en Europa. España, a través de su Ministros de Asuntos Exteriores, Alberto Martín Artajo, firma dicho convenio defensivo el 26 de septiembre de 1953. Por parte de Estados Unidos, sería el embajador James Clement Dunn quien firmaría uno de los tres convenios enmarcados en el llamado Pacto de Madrid.

Gracias a dicho Pacto, Estados Unidos consigue instalar bases militares en España y cerrar la pinza sobre el Mediterráneo. Este acuerdo es presentado por el régimen del General Francisco Franco como modelo de ayuda mutua, militar y económica, entre ambas potencias.

Base Aérea de San Pablo (Sevilla)

En el año 1957 se incluye el aeropuerto de Sevilla en el acuerdo Hispano-Americano por el que se instala en este una base de aprovisionamiento. Se emplea una pista del aeropuerto, quedando esta por tanto fuera del servicio civil.

¿Sabes donde están las “Bases” en Sevilla?
Azulejo indicativo de la Base “Helicopters Petroleum Pipeline Squadron”

Por otro lado, se realizan obras tanto en la terminal como en la torre de control para adaptarla a las necesidades militares. Esta base fue dedicada al adiestramiento y pruebas militares, por lo que se decide construir a comienzo de los años 60 un gran hospital.

Transcurridos los años y debido a esa obsolescencia de las diferentes bases, en la década de los 90 la zona militar del aeropuerto pasa a convertirse en civil, la cual continúa en funcionamiento hoy en día.

Por otro lado, la zona de edificios es remodelada entre 1971 y 1975, ampliándose estacionamientos y reurbanización de la zona, así como reestructuración de los edificios, pasando el complejo a uso civil hasta la década de los 80, periodo en el que se procedió a la construcción y ampliación del Hospital Virgen Macarena de Sevilla.

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Plano de la Base Aérea de San Pablo de 1954

Pero continuando con la historia de la Base Aérea de San Pablo, esta es empleada igualmente como centro de enlace de comunicaciones para el Norte de África y el Sur de Europa, para lo cual es creada una amplia zona de antenas y radares, una de las más importantes de la época.

Debido a la importancia que comienza a tener esta Base en la Plan Estratégico de Estados Unidos, son muchos los militares que son desplazados a la misma, hasta tal punto que es creada en Sevilla una zona residencial propia (hoy en día conocida como Barriada de Santa Clara) e incluso en el interior de la Base se construye en 1958 la “Sevilla High School”, una importante Universidad estadounidense que servirá para uso exclusivo de los hijos de los militares norteamericanos.

¿Sabes donde están las “Bases” en Sevilla?
Sevilla High School

Como indicamos, la Base Aérea de San Pablo toma gran relieve en el Plan Estratégico estadounidense, albergando en su interior todos los servicios de una ciudad: cuarteles, instituto, hospital, tiendas, zonas deportivas y de entretenimiento, capilla, piscinas... La tecnología empleada en los sistemas de comunicación era la más avanzada de la época, tanto en los radares como en las gigantescas antenas de comunicación.

¿Sabes donde están las “Bases” en Sevilla?
Radares Base Aérea San Pablo

De uso militar a uso civil

A principio de los 70, la base es abandonada por el ejército norteamericano, pasando todo su personal a la Base Aérea de Morón de la Frontera.

Ante la carencia de habitaciones y camas hospitalarias en Sevilla, el Estado Español decide emplear las instalaciones cedidas por el gobierno estadounidense a España y convertir varios de sus edificios en zona hospitalaria. Se crea de esta forma el Complejo Hospitalario Universitario de San Pablo.

¿Sabes donde están las “Bases” en Sevilla?
Vista aérea del Complejo Hospitalario Universitario de San Pablo

Cuenta la crónica de 1972, concretamente del 19 de mayo, que sería a finales del mes de mayo comienzos de junio cuando entraría en servicio del Hospital Universitario de San Pablo, un complejo sanitario y docente nacido en poco más de dos meses.

Desde Madrid proponen como solución a la grave emergencia que podía suponer el que tanto Sevilla como su provincia, se quedara sin hospitales al haberse cerrado de forma anticipada y brusca el Hospital de las Cinco Llagas, el uso de las instalaciones las antiguas bases americanas de San Pablo.

De esta forma, a mediados de febrero, visita Sevilla el Ministro de Educación y Ciencia, D. José Luís Villar Palasí, el rector de la Universidad Hispalenses, D. Manuel Clavero Arévalo y el decano de la Facultad de Medicina, D. Manuel Suárez Perdiguero. En dicha visita, D. José Ramón de Villa Elizaga, director general de Programaciones e Inversiones, propone el traslado de las clínicas y demás servicios universitarios que acogía el Hospital de las Cinco Llagas, pasaran a unas nuevas instalaciones, con mejor acomodo y más avanzadas, localizadas en la antigua base aérea estadounidense.

Por aquella fecha, la Beneficencia Provincial, otra de las inquilinas del Hospital de las Cinco Llagas, se trasladaría a San Lázaro, por lo que la Facultad no tenía más solución que buscar una nueva ubicación, siendo valorados todos los aspectos tanto económicos como logísticos que ofrecía la base aérea de San Pablo.

Si bien, cuando las Fuerzas Aéreas norteamericanas ceden las instalaciones al Ejército español del Aire y este a su vez al Ministerio de Educación y Ciencia, se realizó con la idea de que cubriese las necesidades de Enseñanza General Básica (antigua EGB), por lo que hubo que realizar diversas gestiones y negociaciones antes de poder dar uso sanitario a las instalaciones.

Entre otras, hubo que estudiar y planear las obras de mejora y adaptación que eran necesarias realizar en los diferentes edificios, así como la ampliación del utillaje. Para ello, fue necesario un desembolso económico importante para comenzar unas obras que se dilatarían tan sólo dos meses.

Como indicábamos anteriormente, el Hospital Universitario de San Pablo, se convertiría en un importante referente. Dispondría de unas 650 camas entre sus cinco pabellones. A estos, habría que sumarle otros tres que serían complementarios y que estarían enlazados entre sí, para una mayor comodidad de los pacientes y enfermos que hicieran uso de ellos.

Del mismo modo, este complejo tendría un servicio permanente de ambulancias, así como amplias zonas verdes para que los enfermos qué bajo prescripción médica, pudieran salir a tomar el aire. Grandes zonas de aparcamiento, nuevas vías de comunicación, e incluso un helipuerto para qué en caso de catástrofe, la Jefatura de la Región Aérea pudiera socorrer a las víctimas. En definitiva, un complejo hospitalario con los más avanzados medios en aquellas fechas.

Son muchos los edificios que forman este complejo y su historia que hoy, sin fenómenos paranormales por medio, de la mano de mi compañero José David Flores y la mía misma les he querido narrar y que dejamos plasmada en el libro “Sanatorio de los Muertos” (Niebla Ediciones).

Perderse en su interior puede ser toda una aventura con sabor a Historia y a Misterio.