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Actualizado: 26 mar 2020 / 18:11 h.
  • «¿Sí, dígame?»: Compras de barrio en días de cuarentena
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  • «¿Sí, dígame?»: Compras de barrio en días de cuarentena

«Buenos días. ¿Sí, dígame? ¿En que le puedo ayudar?», se escucha en la zona trasera de uno de los puestos del mercado. Al otro lado del teléfono, responde amigablemente una señora: «¿María? Soy yo, Luisa. ¿Cómo lo llevas? Cuídate mucho, ¿eh?... que han dicho en la tele que aún no hemos llegado al pico de contagios. Mira, hoy quiero un kilo de patatas, dos de tomates y, luego, que te pases por la pescadería y la carnicería y le pidas lo mío para el fin de semana. Ya sabes, unas sardinas y los avíos del puchero». La crisis del coronavirus ha trastocado todos los ámbitos de la vida familiar, laboral, social y de barrio. De esto último es buen ejemplo el Tiro de Línea, un barrio cuya plaza de abastos ha pasado de ser el obligado centro de socialización a una centralita on fire de encargos telefónicos con repartos solidarios a domicilio que han traspasado los límites físicos de este vecindario sur de la ciudad.

«¿Sí, dígame?»: Compras de barrio en días de cuarentena

Muy poca gente en las calles interiores de este mercado. Solo están abiertos los puestos de alimentación básica, cumpliendo estrictamente con el estado de alarma. Ni charlas ni gente en los bancos de espera. Eso sí, los teléfonos no dejan de sonar entre trasiego de bolsas de pedidos que van y vienen. Son las compras de barrio que se imponen en estos tiempos del coronavirus.

«Lógicamente nos ha cambiado a todos. Nada es igual que hace un mes. Se ha reducido bastante la afluencia de público, especialmente de nuestra clientela habitual que es gente mayor que suele venir diariamente por la calidad de los productos, pero, sobre todo, por ese trato cercano del vendedor». Así lo argumenta Paco Ávila, insigne placero del Tiro de Línea y actual presidente de la Federación de Mercados de Abastos de Sevilla: «Lo mismo el mercado que las tiendas de cercanía: cuando uno entra por la puerta, no es un cliente sino una persona, María, Juana o Antonio... Se saben tu nombre. También lo que demandas todos los días... O si tu hijo ha estado enfermo, o tu marido se ha quedado parado. Al final esto es algo social, que demanda esta sociedad en la que por desgracia nos habíamos acostumbrado a no hablar ni con los vecinos».

Quizás por eso, ahora en estas circunstancias especiales y pensando en ese cliente-vecino que tiene que quedarse en casa, tratan de adaptarse a ellos, velando por su salud y la de otras tantas familias en estos días de estado de alarma. «Ya veníamos haciendo en el Tiro de Línea desde hace muchísimos años un reparto solidario a domicilio, pensando en nuestros mayores que no pueden cargar con el peso de las bolsas. Nos llamaban, y no sólo compraban en una frutería o carnicería, sino también encargaban el género de otros puestos. Luego se les lleva todo a casa».

«¿Sí, dígame?»: Compras de barrio en días de cuarentena

Esta iniciativa ha crecido en estas últimas dos semanas desde que el Gobierno decretara el confinamiento de la población para frenar contagios. El «quien da la vez» ha dado paso a «¿Sí, dígame?» Ahora ya no solo llama gente mayor. «La verdad es que muchas familias, especialmente padres con niños menores han encontrado aquí la solución a las compras, sin poner un pie en la calle ni esperar colas, ni mucho menos correr riesgo algo», asegura Ávila, quien además reconoce que se han disparado los pedidos hasta el punto de multiplicarse por cuatro con respecto a antes de la crisis santitaria.

«Está funcionando muy bien. Hay días que son las cinco o las seis de la tarde y aún se están realizando estos repartos solidarios a domicilio». Y es que al crecer las peticiones, han aumentado también las zonas de abastecimiento. «Antes eran sobre todo gente del Tiro de Línea, del Porvenir, del Plantinar y de toda esta zona sur. Pero ahora estamos llegando a gente de otras barriadas que nos los solicitan por teléfono. Estamos atendiendo a todos». Además indica Ávila que de esta forma se ayudado también a los comerciantes, ya que, «algunos como fruterías, suministraban a bares, restaurantes y centros de ocio, que ahora están cerrados».

«De alguna forma, nos ayudamos todos en estos tiempos difíciles», subraya el presidente de la Federación de Mercados de Abastos de Sevilla, que recuerda de igual manera la app Mercados de Sevilla que permite realizar estas compras sin salir de casa. «Ofrecemos un servicio de mucha calidad y de mucha necesidad en estos tiempos», asevera Ávila.