Esta semana, mi vino lleva un poco de añoranza y un mucho de orgullo. Me he venido a la playa, justo delante del Atlántico. Hace un día de sol fantástico a pesar de estar a finales de noviembre. Me siento en la arena y trato, de forma absurda, de divisar el continente que está al otro lado. Te parecerá una tontería, pero era la forma en la que sentía que estaría más cerca de él. Me traje mi vino en honor a mi invitado. Me sirvo una copa de Diamante, el clásico de Rioja, bien fresquito. Este era el vino favorito del papá de Israel. Aquí lo tengo, apoyado sobre la arena. La playa está solitaria. Algún que otro caminante, pertinentemente acompañado de su perro. Con el portátil sobre las piernas, respiro todo el aire puro que puedo mientras se me pierde la vista en la inmensidad de lo que tengo delante. Empiezo a hablar con mi invitado de hoy, vía telefónica y, créeme si te digo que me parece que lo tengo al lado. Me dice que él está disfrutando de una copa de Altoredondo, de Bodegas García Niño, a cuyo dueño aprecia desde hace años. Acaba de ser entrevistado por Telemundo y por la CNÑ, así que me será fácil traerle hasta esta orilla que, me consta, añora y charlar un poco de forma distendida para sepas un poco de él, que aún no le conoces.
Israel es un buen tipo. Así lo definiría en una sola palabra. No te sorprenda cuando te hable con su tono alto y profundo. No te está riñendo. Su profesión es tenor y me atrevería a decir que el mejor de España y uno de los mejor del mundo. Por ese motivo está en Washington DC. Aquí, el tema de la cultura, va a pedales. En cualquier proyecto, priman los intereses que rara vez coinciden con el interés. Te sigo contando cosas para que estés preparado cuando llegues.
Nacido en Carabanchel en el seno de una familia humilde, es el mayor de seis hermanos y un perro, y pronto descubre su pasión por la música a través de los karaokes que empezaban a proliferar por el barrio en los años noventa. Nino Bravo era un ejemplo a seguir. De hecho, obtiene su primer premio sobre un escenario interpretando “América, América”, del cantante valenciano. ¿Un presagio de lo que pasaría años más tarde? Es posible. Israel empieza a formarse. Conoce a la gran Emelina López, que cambia su vida, y empieza a estudiar en la Escuela Superior de Canto. Llega a estudiar con Alfredo Kraus y un día, tras el fallecimiento del Maestro, sin recursos, cogió sus maletas, las llenó de sueños, y se marchó a Estados Unidos donde muy pronto valoran sus cualidades. Obtiene una beca que le permite formarse y hacerlo en tiempo récord gracias al interés y la perseverancia. Actúa con grandes cantantes como Plácido Domingo, quien no tarda en detectar el talento de mi hermano, que es como yo le llamo, llegando a estar presente sobre las tablas de teatros y auditorios en más de veinticinco países. Imagínate.
Centrado en la actualidad en la puesta en marcha de la ópera «Magallanes. No hay rosas sin espinas«, que recientemente ha obtenido un abrumador éxito en el “John F. Kennedy for the Performing Arts” de Washington con la participación de la “Pan American Symphony Orchestra” donde interpretaron una selección de extractos, Israel se ha visto obligado a llevarse este espectáculo fuera de nuestra tierra. La falta de apoyo por parte de las Administraciones Públicas, que han mirado hacia otro lado cuando se les ha presentado este proyecto que homenajeaba uno de los hitos más importantes de la historia como fue la primera circunnavegación de la cual se cumplieron recientemente quinientos años, hace que Estados Unidos se haya convertido en el principal valedor de este espectáculo. Una obra realizada íntegramente en español y que Israel sigue empeñado en producir en Andalucía, a pesar de las trabas. Quiero pensar que lo conseguirá. Como él dice, hay que visionar en positivo para atraer las energías positivas.
Con su familia como la gran piedra angular de su vida, ha echado raíces lejos de aquí, cosa que lamento. Asume como una obligación guiar el camino de quien quiera crecer en este mundo del arte con una especie de mecenazgo porque el talento está y, si se fuga, hay que darle cobijo y recorrido. Este líder «hispanounidense» se mueve como pez en el agua al más alto nivel social imaginable.
Pues, grosso modo, este es Israel Lozano. Sin duda, uno de los vinos más extraños que me he tomado, pero también uno de los más entrañables. ¿Sabes una cosa? Es la primera vez que escribo algo para que lo lea alguien dentro de cuatro o cinco años. Estás a punto de llegar y me parecía justo que tuvieras algunas referencias profesionales de quien tú vas a llamar Papá. Mamá se llama Darcy y es esa mujer de donde estás creciendo, que te está cuidando como ella sabe, y la pequeña princesa que estará por ahí jugando, y que te va a mimar como si fueras su muñequito se llama Violetta y es tu hermana mayor. Yo, tu tío Carlos, estaré aquí, al otro lado del charco, para lo que necesites.