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Actualizado: 14 nov 2020 / 11:57 h.
  • Pepe Moral, Manuel Escribano y Daniel Luque, antes de la corrida magallánica de Sanlúcar de Barrameda.
    Pepe Moral, Manuel Escribano y Daniel Luque, antes de la corrida magallánica de Sanlúcar de Barrameda.

El año de la pandemia ha sido una dura prueba para todos y ha condenado de una forma especial el estrato más modesto de matadores y cuadrillas, que han visto pasar en blanco una temporada entera. A las ilusiones truncadas se ha sumado un tremendo perjuicio económico y el ninguneo de las autoridades que podían haber echado una mano a tiempo. Las ayudas han llegado, pero tarde y mal... A pesar de todo hay un breve puñado de toreros sevillanos que han logrado pisar las plazas de toros en este año de rigores.

Uno de ellos, Salvador Cortés, fue uno de los más madrugadores alentado la llamada ‘Corrida de Época’ que se celebró en Cantillana el día de Andalucía a beneficio de la Hermandad de la Pastora en el III centenario de su fundación. Fue un festejo mixto y de escasa repercusión –Leonardo Hernández y Lea Vicens abrieron la puerta grande- en el que los actuantes fueron ataviados a la usanza del tiempo fundacional de la corporación pastoreña.

En ese momento, el 28 de febrero, quedaban apenas dos semanas para que se decretara el estado de alarma que forzó la suspensión de otra corrida que el propio diestro de Mairena del Aljarafe –compaginando las facetas de torero y empresario- había organizado en Andújar. Cortés tenía que haber hecho el paseíllo el 28 de marzo acompañado de Sebastián Castella en la lidia a pie y con el rejoneador Diego Ventura por delante.

Pero hubo que esperar a tiempos mejores –el 6 de septiembre- para volver a anunciar el espectáculo con el aforo drásticamente reducido y cambios de ultimísima hora en el cartel. Sebastián Castella, que ya debía andar rumiando su retirada, argumentó no sé qué lesión para justificar su ausencia forzando a Cortés a pechar en solitario con los cuatro toros de Juan Pedro Domecq que se habían reseñado en la lidia a pie. Pero en el envío de ‘Lo Álvaro’ había una bola premiada, un ejemplar llamado ‘Envilecido’ que acabó siendo indultado por el torero sevillano.

2020: La extraña temporada de los toreros sevillanos (y IV)
El rejoneador Diego Ventura tuvo que esperar a la mixta de Osuna para reactivar su temporada. Foto: González Arjona.

El año de Ventura

El cartel de la mixta de Andújar lo completaba el rejoneador Diego Ventura, que había actuado triunfalmente en la tempranera feria del Milagro de Illescas. Fue justo antes del fundido a negro impuesto por la pandemia. Tuvo que esperar hasta la tímida reactivación del negocio taurino que se inició en la mixta televisada de Osuna, el primero de agosto, en la que compartió una simbólica puerta grande delante de las ruinas irreparables de Javier Conde y la incipiente expectación generada por Enrique Ponce y sus mediáticos amoríos.

Después de pasar por el mencionado festejo de Andújar –antes había perdido su emblemático caballo ‘Dólar’- aún pudo cumplir un contrato en Arlés. Era una cita cargada de significados: al recuerdo de su emblemática montura se unió pisar el mismo ruedo en el que se había anunciado en abril para estoquear seis toros en solitario, de distintos encastes, incluyendo sendos ejemplares de Miura y Prieto de la Cal. Ya lo había hecho anteriormente en Ronda, Huelva, Sevilla, Espartinas y Madrid pero le faltaba ese fielato francés que, como casi todo, acabó fulminando la pandemia. Pero Ventura pudo comparecer –por fin- en el anfiteatro arlesiano el 13 de septiembre en un peculiar mano a mano con el diestro Antonio Ferrera que se resolvió triunfalmente para ambos.

2020: La extraña temporada de los toreros sevillanos (y IV)
Excelente muletazo al natural de Manuel Escribano en Ossa de Montiel. Foto: Pascual Richart

Escribano y la ‘Gira de Reconstrucción’

Pero hay otros toreros del ámbito hispalense que han logrado subirse a la furgoneta. Manuel Escribano, como casi todos, tuvo que esperar a la extraña ‘media veda’ que se inició en agosto para apuntarse a los ‘victorinos’ en Herrera del Duque, anunciado con el portugués Juanito y el extremeño José Garrido que se acabó llevando los titulares. Pero, ojo, Escribano había toreado a placer al boyante cuarto perdiendo los trofeos con el acero.

Una semana después de esa cita extremeña pechó con la de Miura en la ‘Magallánica’ de Sanlúcar. Ya lo hemos contado en la tercera parte de este especial de toreros sevillanos: Daniel Luque acaparó ese día la atención. El lote de Manuel, ésa es la verdad, no fue apto para demasiadas florituras. Y en estas llegó la llamada ‘Gira de Reconstrucción’. La primera corrida, con cierto aire improvisado, se anunció antes que la propia gira, presentada el 23 de septiembre. Pero bien está lo que bien acaba. Escribano se encargó de inaugurar la iniciativa, el día 29 de ese mes en la plaza de Cabra y mano a mano con el valenciano Román. La verdad es que la estupenda corrida de Santiago Domecq –se llegó a dar la vuelta al ruedo a uno de los astados- ganó en atención a los matadores. Escribano, fiel a su estilo, la lidió con su solvencia y variedad habitual.

El matador de Gerena aún iba a cumplir el 4 de octubre un compromiso menor en la localidad albaceteña de Ossa de Montiel empatando a tres orejas con Esaú Fernández. Ya contamos en la primera entrega de estos especiales que el camero había podido abrir fuego antes de la irrupción del virus encerrándose con seis toros en su pueblo. El año de Esaú se completaría con otros dos bolos en los ruedos de Villamalea, de la provincia de Albacete y Consuegra, en la de Toledo.

2020: La extraña temporada de los toreros sevillanos (y IV)
El diestro palaciego Pepe Moral participó en la corrida ‘magallánica’ de Sanlúcar de Barrameda.

Pepe Moral...y los demás

Pero... ¿Qué ha sido de Pepe Moral en este extrañísimo 2020? El diestro palaciego será el último en cerrar la temporada si las normas de seguridad obligadas por la pandemia no se empeñan en lo contrario. Moral está anunciado en Logroño el próximo 21 de noviembre con Gómez del Pilar para estoquear cuatro ejemplares de Miura. Se trata del penúltimo festejo de esa ‘gira de reconstrucción’ alentada por la Fundación del Toro de Lidia que debería cerrarse en el mismo ruedo, al día siguiente, con una corrida de Victorino Martín.

En espera de lo que dé de sí ese compromiso hay que recordar que Pepe Moral ya se había puesto delante de los toros de Zahariche cortando una oreja en la nombrada –y muy seria- ‘Corrida Magallánica’ de Sanlúcar de Barrameda. Era el mismo hierro –indisolublemente ligado a su nombre en las últimas temporadas- que Pepe tenía que haber despachado en la Feria de Abril.

En el ciclo abrileño, que no traspasó el papel en el que había sido presentado, se anunciaban otros toreros sevillanos en trance de lanzamiento o recuperación como Juan Ortega –matador debutante en Sevilla- Daniel Luque, Rafa Serna o el ecijano Ángel Jiménez, alternativado en 2019. El compromiso era vital para todos aunque el desarrollo de la temporada de cada uno de ellos ha sido dispar. Serna, finalmente, no ha logrado vestirse de torero en España a pesar de haber estado anunciado en uno de los festejos más atractivos de la llamada ‘Gira de Reconstrucción’, mano a mano con su antiguo compañero de batallas Pablo Aguado. El festejo, previsto en Aracena, se intentó celebrar en El Bosque antes de trasladarse –y aplazarse sin fecha conocida- en Ubrique en pleno puente de noviembre. El cierre perimetral dejó la cosa en agua de borrajas... Mención aparte merece el novillero Jaime González Écija, justo ganador del ‘Circuito de Novilladas de Andalucía’ al que accedió desde su condición de novillero triunfador del ciclo de promoción celebrado en julio de 2019 en la plaza de la Maestranza.

Un triste cierre

Tampoco han podido ceñirse las taleguillas los hermanos Javier y Borja Jiménez que sí se habían preparado a conciencia en el campo. Javier tuvo que contemplar el aplazamiento de la corrida que había montado Curro Escarcena el 30 de agosto en San Fernando. Tenía que compartir cartel con Ponce y El Fandi pero unos días antes se había endurecido la normativa andaluza en torno al aforo de las plazas forzando la suspensión. Se pensó en la fecha del 24 de septiembre pero las circunstancias tampoco fueron favorables...

Pero es que tampoco iba a ser posible torear en Constantina junto a su hermano Borja el 31 de octubre. El cierre perimetral provocó la caída del cartel del rejoneador Leonardo Hernández. Sin solución de continuidad se decidió torear sin público y con las cámaras de Canal Sur en directo pero la cordura se impuso a la ilusión suspendiendo el festejo que podría haber cerrado de una manera un tanto sórdida esta extraña temporada en la provincia de Sevilla.