Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
Actualizado: 13 ago 2021 / 12:56 h.
  • Cayetano, Roca y Aguado: cartel de altos vuelos para la Goyesca de Ronda

La plaza de la Real Maestranza de Ronda volverá a vestirse con sus mejores galas el próximo 4 de septiembre, sábado, para acoger la LXIV Corrida Goyesca después de un año de ausencia forzada por el covid y el endurecimiento de la normativa autonómica a raíz de la polémica interesada que siguió a la célebre corrida del Puerto de Santa María en 2020.

Los carteles ya eran conocidos aunque han tenido que esperar para ser oficializados mientras la ciudad de Ronda y toda la provincia de Málaga permanece pendiente de la evolución sanitaria.. No hay demasiadas opciones: la persistencia del nivel 3 podría obligar a la empresa que comanda Rivera Ordóñez a esperar un año más –ya serían dos- para abrir las puertas de la Maestranza de piedra. El metro y medio de espectador a espectador obligado por ese nivel sanitario sería un obstáculo insalvable al reducir el aforo del singular coso rondeño a un porcentaje prácticamente residual frente al 50% que sí permitiiria la normativa en el nivel 2.

Francisco Rivera Ordóñez ha unido en un mismo cartel el nombre de su hermano Cayetano unido al de Roca Rey y Pablo Aguado para estoquear un encierro de Jandilla. La Goyesca, único capítulo reconocible y superviviente de la feria rondeña de Pedro Romero –que ha tenido que ser suspendida en su faceta festiva- recupera así sus fechas tradicionales dejando atrás cierta polémica y hasta la inevitable bronca política que sacudió la ciudad del Tajo en los dos últimos años.

Las combinaciones de toros y toreros han sido presentadas a través de un comunicado obviando la habitual rueda de prensa junto a las autoridades de la ciudad malagueña y el teniente de Hermano Mayor de la Maestranza rondeña.

El cartel incluye la tradicional corrida rondeña de rejones que alcanza su 39 edición y que este año se celebrará de forma excepcional en la misma mañana de la Goyesca. Se anuncian la amazona Lea Vicens y los jinetes Leonardo Hernández y Andrés Romero para lidiar toros de Fermín Bohórquez.

Ausentes y presentes

Roca Rey vuelve a estar anunciado en el tradicional festejo rondeño, en el que no ha actuado desde 2018. En 2019 –anunciado mano a mano con Morante- había fijado la fecha como punto de no retorno de la larga y compleja lesión producida en Madrid que le obligó a cortar en San Fermín, retrasando su vuelta a ruedos españoles hasta el pasado mes de mayo en Córdoba. En 2020, una vez más, su nombre volvió a colgar de los carteles para alternar mano a mano con Pablo Aguado, con el que no coincidía desde la célebre tarde del 10 de mayo de 2019 en Sevilla. La pandemia también iba a frustrar el empeño...

Cayetano, por su parte, había cumplido su última Goyesca en 2018. Después se habló de cierto distanciamiento con su hermano Francisco que habría quedado completamente despejado con su inclusión en el cartel de este año. Pablo Aguado, finalmente, fue el primer torero confirmado por Rivera Ordóñez en la Goyesca de 2021. El sevillano también ha sido, hasta ahora, el último torero que se ha vestido de Goyesco en la bicentenaria Maestranza de piedra. Lo hizo en 2019, mano a mano con Morante y sustituyendo –precisamente- a Roca Rey.

Un poco de historia

Hablar de la goyesca de Ronda implica hacer un repaso a más de seis décadas de toreo y fidelidad a un apellido: el de los Ordóñez. La primera Goyesca se celebró, sin vocación de continuidad, para conmemorar el segundo centenario del nacimiento del mítico diestro rondeño Pedro Romero. Fue en 1954, acartelando al Niño de la Palma (hijo), César Girón y Antonio Bienvenida.

La idea reverdecería en 1957, consagrando su continuidad, ya en manos de Antonio Ordóñez. Desde entonces sólo se ha interrumpido, por obras en la plaza, en 1963 y en coincidencia con la primera retirada del maestro además del pasado año por la drástica reducción de aforo impuesta por la normativa anti covid. Ordóñez llegó vestirse de majo -casi siempre de blanco con pasamanería negra- hasta dieciocho veces. Las primeras goyescas reeditaron el formato de corrida concurso y Antonio Ordóñez alternó con toreros como Rafael Ortega, Aparicio o Bienvenida. Sólo falló a la cita en 1961. El año anterior había sido testigo de la alternativa de Paula de manos de Julio Aparicio

1964 marca el nacimiento de una nueva etapa: Antonio vuelve a ser fijo en los carteles en el lustro prodigioso que finaliza en 1969. Ha cambiado la baraja: repiten Bienvenida o Aparicio pero ya aparecen los nombres de Miguelín o Palomo Linares. El maestro de Ronda no compareció en 1970. Tampoco lo hizo en 1971, año de su auténtica retirada en San Sebastián.

La última etapa del maestro

Pero Ordóñez volvió a prepararse a fondo para volver a su festejo más querido en 1972, mano a mano con Bienvenida. Llegó a matar más de 50 toros a puerta cerrada antes de volver a enfundarse el traje goyesco. Retirado de la guerra de la temporada, su comparecencia anual en Ronda se convirtió en una auténtica peregrinación de aficionados de todo el mundo que lo vieron alternar con matadores de la talla de Paquirri o Camino -bases de este periodo- además de Curro Romero o Manzanares, que se convertiría en el torero más recurrente de las goyescas de la década siguiente.

El maestro de Ronda volvió a tomar distancia en 1978 y 1979. Los carteles experimentaron un extraño bajón de calidad que se recuperó por completo en 1980, año del recordado mano a mano entre el mismísimo Ordóñez y su yerno Paquirri. Ésa fue la última Goyesca del genio de Ronda, que también tenía previsto actuar en la de 1981 -año de su frustrada reaparición- aunque se hizo sustituir por El Cordobés. A partir de ese momento se consagró a la organización de un evento al que le costó recuperar su ausencia. Francisco Rivera Ordóñez actuó por primera vez en la Goyesca en 1996. Su abuelo organizó la última dos años después. El último Paquirri es, desde entonces, el alma de un evento que constituye un homenaje a su dinastía. Su celebración, ya lo hemos dicho, quedó interrumpida en 2020 por imperativo del virus. El inimitable festejo recupera ahora su lugar en el mundo.