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Actualizado: 02 nov 2021 / 15:23 h.
  • Comentarios de otoño

Apoderados iban y venían

Mientras se limpian capotes y muletas y se mira al campo, se nutre la lista de salidas y entradas de apoderados y poderdantes a la vez que se acortan los días y declina un año que ha concluido –afortunadamente- mucho mejor de lo que empezó. Pero la alegría se reparte por barrios. De hecho, la ruptura de Paco Ureña con la casa Lozano no deja de marcar el confín de una temporada opaca para el diestro murciano. Hay que recordar que el torero de Lorca no pudo rentabilizar su gran campaña de 2019 por culpa de la pandemia, que le dejó frenado en seco en 2020. Se trataba de dar el salto definitivo y mejorar su contratación en todos los campos pero los vericuetos de la política taurina, indirectamente, también forzaron su ruptura con José María Garzón casi sin estrenar el apoderamiento. En 2021, camuflado entre el pelotón, ha terminado sufriendo un palizón de espanto que le tendrá un tiempo largo en el dique seco.

No es, evidentemente, el mismo caso de Ginés Marín. El diestro pacense sí sale revalorizado en medio de este cambalache de mentores y toreros y ha puesto las riendas de su carrera en manos de Curro Vázquez, que sigue reforzándose en los despachos. Marín abrió la Puerta de Madrid el pasado 12 de octubre volviendo a llenar de gasolina un tanque que ha tirado demasiadas veces de la reserva. Se le desea lo mejor a ambos aunque tampoco será fácil cuadrar el círculo dentro de un equipo en el que hay otros toreros como Cayetano y, especialmente, Pablo Aguado, verdadera estrella de la cuadra del veterano diestro de Linares que subraya así su papel de apoderado en la era pos covid. Las líneas del frente se reorganizan con las primeras lluvias. Es hora de trazar estrategias dentro de las trincheras. Con el anuncio de la primavera llegarán los contraataques.

Pero ya que hemos nombrado al gran torero sevillano: el pasado jueves recogió en el restaurante Pando, sede habitual de la tertulia ‘El Porvenir’, el VIII trofeo a la ‘Excelencia Taurina’ que concede ese grupo de aficionados que se han hecho su propio hueco en la ciudad por su seriedad, oportunidad y buen gusto. Aguado, que arrastra las lógicas molestias de su dolorosa y compleja lesión de ligamentos, había abandonado ese mismo día las muletas que le han acompañado desde la intervención quirúrgica que siguió a su única comparecencia en la Feria de San Miguel de Sevilla. Fue en aquella tarde del 18 de septiembre en la que su rodilla dijo basta. La meta del torero de la Huerta de la Salud pasa ahora por poder estar tentando en enero. No queda nada. La temporada 2022, de una forma u otra, ya asoma a la vuelta de la esquina y con ella, la llegada de una verdadera normalidad en la que habrá que seguir hilvanando los descosidos de dos años atípicos que deben servir para tomar impulso a toda la profesión.

No se digas a nadie pero...

Pero en estos tiempos de cambios y despachos revueltos también podría haber movimientos de calado en alguna plaza que se mira en el Mediterráneo. Ya se da por hecha la salida de una poderosa casa empresarial –ahora fagocitada por otra firma de extrañas estrategias- que marcó el auge pero también la decadencia de una de las ferias más atractivas del mes de agosto. El ciclo y el coso necesitan un revulsivo que recupere parte de ese pulso perdido. La propiedad del histórico inmueble ya está haciendo sus propias componendas; también los pretendientes y pretendidos. Pronto podremos contar más. Con pelos y señales.

Nos alejamos del Mare Nostrum y remontamos el Guadalquivir. Por las esquinas del Arenal también se comentan cosas, no sabemos aún con qué fundamento. Es sabido que Miguel Ángel Perera ha licenciado con honores al tándem formado por Santiago Ellauri y Pedro Rodríguez Tamayo, número dos de la empresa Pagés. En los cabildeos de la calle Adriano ya se ha puesto nombre –o nombres- al próximo torero que podría quedar bajo el paraguas del binomio. Pues ya nos enteraremos. O no.

Otros temas de calado

Pero hubo otros temas que captaron la atención en la semana que se fue. Se habló largo y tendido del Premio Nacional de Tauromaquia, concedido por el jurado que nombra el ministerio de Cultura –con un ministro bailongo que presume de haber dejado al toreo fuera del bono cultural- al mismísimo Morante de la Puebla. No podía tener mejor acreedor en los momentos actuales. El afán enciclopédico del diestro cigarrero, unido a su condición de gran artista se ha sumado a su rol de capitán de una compleja temporada en la que enarboló la bandera de número uno. El galardón está dotado con 30.000 euros que el torero, ágil y oportunamente, donará a la Casa de la Misericordia de Pamplona, benefactora de las rentabilísimas corridas de la feria de San Fermín, que llevan dos años sin celebrarse. Hubo algún imbécil sectario que no se enteró del dato.

También nos hacemos eco del programa ‘Letras en Sevilla’ que coordinan Jesús Vigorra y Arturo Pérez-Reverte en la Fundación Cajasol. El escritor y académico cartagenero ha sido el muñidor, vía twitter, de esta nueva edición que pretende refrescar el eterno debate de ‘toros sí, toros no’ con un amplio plantel de defensores y detractores de la fiesta. “Se va a liar” ha proclamado el veterano reportero. A estas alturas ya sabemos de antemano que nadie va a convencer al contrario. Sólo deseamos que prevalezca la verdad. Y ésta sólo tiene un camino. Nos despedimos ya, enviando nuestras condolencias a la extensa familia Bohórquez Domecq. Doña Mercedes, matriarca del clan, falleció la pasada semana rodeada del cariño de los suyos y el respeto de todos. Hay que lamentar otro fallecimiento: el de Manolo Ortiz, el gran banderillero malagueño, estrella de aquella ‘cuadrilla del arte’ que integró junto a Pepe Ortiz y Curro Álvarez. Ya descansan en paz.