La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible ha informado hoy al Consejo de Gobierno de la decisión de implementar un plan estratégico dotado con un presupuesto de 4 millones de euros para la concesión de ayudas en régimen de concurrencia no competitiva a las explotaciones de cría de ganado bravo de Andalucía, “con el objetivo de compensar a sus titulares por las pérdidas sufridas debido a las limitaciones impuestas durante la crisis sanitaria y evitar así la desaparición de esta actividad”, según ha anunciado el propio ejecutivo a través de una nota prensa. El importe de la ayuda inicial, precisa la misma nota, sería de 250 euros por vaca reproductora, el cual puede ser incrementado hasta en 400 euros adicionales y se concederá a un máximo de 120 animales por beneficiario.
“La crisis sanitaria ha perjudicado al sector con importantes pérdidas económicas ocasionadas por la parálisis de fiestas, festejos y eventos asociados al sector, así como por el incremento de costes ligados al incremento de animales en las fincas” señalan las mismas fuentes del gobierno andaluz explicando que “todo ello está poniendo en peligro el valioso patrimonio genético, la labor medioambiental del toro bravo y el tejido rural asociado a esta ganadería”.
En esa nota de prensa se recuerda que el sector ya se vio beneficiado por las ayudas excepcionales por el Covid (medida 21 del PDR), cuyo objetivo fue subsanar los problemas de liquidez que ponían en peligro el mantenimiento de esta actividad ganadera, lo que supuso que recibieran ayudas por un total de 1,2 millones de euros. En cualquier caso, los responsables de la Consejería son conscientes “de la necesidad de seguir trabajando para evitar la desaparición de las explotaciones y fomentar la conservación de esta raza y sus encastes en la Comunidad Autónoma”.
Fruto de esa preocupación son las reuniones mantenidas desde julio de 2020 con distintos representantes del sector con el objetivo de buscar soluciones y poner en marcha medidas específicas que den respuesta a las demandas de estos ganaderos. La ganadería brava, abunda la misma nota, “contribuye al desarrollo rural de Andalucía en términos económicos y sociales, aportando enormes beneficios medioambientales”. “Se trata de un sistema de producción ganadera muy particular, en el que se gestiona la ganadería de manera sostenible, al emplear una raza autóctona muy rústica y bien adaptada a las condiciones de nuestras dehesas. Además, constituye un elemento modelador y conservador del paisaje, en perfecta armonía con el medio ambiente”, añade el mismo comunicado del gobierno andaluz.