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Actualizado: 19 jun 2021 / 10:44 h.
  • Juan Ortega. / Arjona - Lances de Futuro
    Juan Ortega. / Arjona - Lances de Futuro

Garzón había sabido pulsar la tecla precisa. El cartel, absolutamente inédito, sumaba los nombres de Diego Urdiales, Juan Ortega y Pablo Aguado marcando un argumento perfectamente definido que había animado a centenares de aficionados a calibrar sus ilusiones cogiendo el coche caminito de Morón. El día se había puesto farruco desde bien temprano y aunque la lluvia había cesado a mediodía un molesto viento se empeñó en ponerse a la contra de una jornada que acabó con frío de invierno.

Pero en la fiesta, que no fue tal, iba a fallar un elemento fundamental que habría merecido mejor planteamiento o apuesta. El pésimo juego del ganado, dividido entre los hierros de Murube y Juan Pedro Domecq, acabó sentenciado negativamente el espectáculo por más que Juan Ortega cortara una única oreja mezclando calidad y entrega; Urdiales dejara detalles de su personalidad y Aguado se entregara, un punto embarrullado, con el mulo que cerró la tarde. Pero eso no se podía saber al principio. Sin agotar el papel, la plaza presentaba un excelente aspecto a la hora del paseíllo saludado, una vez más, con la interpretación de la Marcha Real. Una ovación de gala obligó a salir a los toreros al tercio delatando el sentido y la sensibilidad de una combinación sin fisuras que no iba a resultar como se preparó...

Expectación defraudada en Morón
Juan Ortega, con su oreja. / Arjona - Lances de Futuro

A partir de ahí no hay demasiado que contar. El primero fue un ‘murube’ muy en el aire de la casa, que Urdiales cuajó un mazo de verónicas de acople creciente y extraordinaria cadencia. El toro no estaba sobrado de fuerzas y mantuvo su aire abanto pero permitió al riojano hilvanar una faenita templada y natural que no pudo ir a más por la falta de gas de su enemigo. Lo mejor fue la estocada. Cuando salió el cuarto, ya de Juan Pedro, pesaba la corrida. Fue un animal más cuajado y limpio de pitones que se desplazó sin alma ni fondo en la muleta del diestro de Arnedo. No tuvo más remedio que desistir del empeño y marcharse a por la espada.

Expectación defraudada en Morón
Pablo Aguado. / Arjona - Lances de Futuro

Ortega, como Urdiales, también echó al de Murube por delante. Le enjaretó media docena de lapas llenas de expresión, muy arrebujado de toro, que remató con media abelmontada. Derribó el toro y se enceló con el caballo; y costó resolver el parón. Llegó a la muleta desentendido, loco por rajarse mientras su matador se desengañaba sin remedio. Aún le quedaba el correspondiente 'juampedro' y la cosa se animó en el inicio de faena, toreando sobre los pies y sacando el bicho a los medios. El toreo brotó por fin, más por la entrega de Ortega que por las cualidades de un animal que se acabó tragando los mejores muletazos de la tarde en un trasteo esforzado que tuvo refrendo con los aceros para validar la única oreja.

Expectación defraudada en Morón
Diego Urdiales. / Arjona - Lances de Futuro

Aguado prefirió echar por delante el toro de Juan Pedro que salió con un pitón chafado en medio de las lógicas protestas del público. No hubo vuelta atrás; el animal se quedó en el ruedo y en los vaivenes de la lidia el banderillero Diego Ramón Jiménez se lesionó en una mala pisada que le obligó a abandonar el ruedo en brazos de sus compañeros. El bicho, al final, sólo mostró mal estilo y dificultades en la muleta de Aguado. Le quedaba el sexto, tercero de Murube, acapachado y un punto basto, que no anunció nada bueno en la lidia. Se movió sin clase alguna en la muleta de Pablo Aguado que, muy arreado, se empleó a fondo en una faena en la que hubo más esfuerzos que brillos, eclipsados por la mala calidad de su enemigo. La espada encalló y el descabello le jugó una mala pasada mientras el personal, muerto de frío, corría a la puerta con cara de circunstancias y el frío metido en los huesos.

Expectación defraudada en Morón
Los tres diestros.

Ficha del festejo

Ganado: Se lidiaron tres toros de Murube (primero, segundo y sexto) y otros tres de Juan Pedro Domecq (tercero, cuarto y quinto). Resultó blando el primero; manso el segundo; deslucido el tercero; un mulo el cuarto; se dejó a medias el quinto y tampoco sirvió el basto sexto.

Matadores: Diego Urdiales, de pizarra y oro, ovación y silencio

Juan Ortega, de verde tapete y azabache, ovación y oreja

Pablo Aguado, de geranio y oro, silencio y silencio tras dos avisos.

Incidencias: La plaza registró casi tres cuartos de entrada sobre el aforo permitido en tarde ventosa y fresca. Urdiales y Ortega debutaban en Morón. El banderillero Diego Ramón Jiménez se lesionó el nervio ciático durante la lidia del tercero. Saludaron El Víctor y Juan Carlos Tirado tras parear al cuarto y Andrés Revuelta con el quinto.