Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
Actualizado: 03 jul 2020 / 11:22 h.
  • Pablo Aguado pone fecha a su reaparición

Pablo Aguado ya tiene fecha de vuelta. Atrás quedarán cinco meses lejos del tacto del traje de luces y demasiadas incertidumbres. Pero la fecha, adelantada en el último Observatorio Taurino , ya es oficial: será el próximo uno de agosto en Estepona, acompañado de Cayetano Rivera Ordóñez y el diestro malagueño -muy vinculado al Partido Popular- Salvador Vega que verá así colmadas sus expectativas de volver a la profesión. Los toros escogidos para la ocasión pertenecen al hierro de Luis Algarra y la corrida se verificará en horario nocturno, a partir de las 21.30 de la noche.

Ese apoyo ‘pepero’ se notó especialmente en la presentación del cartel del evento, celebrada este jueves en la propia plaza costera. El alcalde de Estepona, José María García Urbano y el consejero de Presidencia, Administraciones Públicas e Interior de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo, además de Miguel Briones, director general de Emergencias e Interior, dieron carta de oficialidad a este evento que, con los que se celebren en Osuna, Ávila o Huelva, serán los primeros de la llamada ‘nueva normalidad’, que también alcanza al ámbito taurino.

Pablo Aguado pone fecha a su reaparición

El regidor de la Costa del Sol no se anduvo por las ramas: “la marca España es un conjunto de los atributos que hacen atractivo nuestro país y la fiesta taurina es uno de ellos. La fiesta de los toros forma parte de nuestra cultura y de la marca España; por ello, tenemos la responsabilidad de apoyarla y mantenerla viva”, afirmó. En la misma línea, Bendodo indicó que el Gobierno de Andalucía está “comprometido con el mundo del toro” precisando que se trata de “una parte importante de nuestra economía que también se ha visto afectada por el coronavirus”. El consejero añadió que la administración autonómica “lo apoyará con todas las energías” y agradeció a “todos los que están haciendo posible que el motor que se paró, se vuelva a reiniciar” con festejos como el que tendrá lugar en Estepona.

Por otra parte, el empresario del coso taurino, José Luis Lara, subrayó que la corrida del próximo 1 de agosto será “especial” por el cartel tan importante que ofrecerá a los aficionados haciendo especial hincapié en que la plaza cumplirá ese día con todas las medidas estipuladas por las autoridades sanitarias.

Un año singular

Cayetano, que asistió a la presentación del cartel, vuelve a la plaza de Estepona donde recibió un homenaje en 2012 en recuerdo a las dinastías Ordóñez, Dominguín y Rivera, que inauguraron el coso hace casi 50 años. El torero mostró su agradecimiento a las instituciones públicas que apoyan la lidia y manifestó que aunque atravesemos “un año extraño y triste” quizá nos encontremos ante “el año más importante”. “Nunca fue una opción no torear. Es un año de ilusión y hay que mantenerla viva, al igual que nuestras tradiciones y costumbres” señaló Cayetano reconociendo las dificultades y la singularidad de este año. “Entre todos vamos a conseguir volver a lo que era la normalidad” afirmó el nieto del gran Antonio Ordóñez mostrando su ilusión y agradecimiento por la organización de este festejo que, como Aguado, también será su primera corrida de toros después de la finalización del estado de alarma. “Va a ser un año duro, pero no va a ser un año en blanco”, remachó Cayetano.

Recapitulando

Pablo Aguado actuará en Estepona por primera vez tras la finalización del estado de alarma. Será la reanudación de una temporada que apenas empezó en Illescas o Olivenza. Pero toca rebobinar, recordando aquella faena reveladora del 10 de mayo de 2019 en Sevilla que cambió el mapa del toreo. Pablo cortó las dos orejas al toro de Borja Domecq que sumó a las otras dos que se llevó del sexto. Ya contamos en su día el acontecimiento. Pablo había entrado en la plaza con aura de torero con futuro. Salió convertido en figura después de marcar a fuego el resto de la temporada hispalense. Roca Rey, que tiró de todo su repertorio en la misma plaza que le había aclamado unos días antes, salió tentándose la ropa. No querría verle más.

Sólo unos días después llegaría aquella faena del ‘silencio’ en San Isidro. Aguado volvió a revelarse en su máxima dimensión pero el mal manejo de la espada amortiguó el eco de su triunfo. Y del Foro a Nimes, donde cortó otras dos orejas. Pero a Pablo aún le quedaba un tercer compromiso madrileño, en la última tarde de San Isidro. El reclamo de su aura avaló el llenazo pero una cornada inoportuna le metió para dentro después de matar al primer toro, al que había llegado a cuajar excelentes muletazos. No podría reaparecer hasta la víspera de San Juan en León, donde volvió a abrir la puerta grande.

Desde ese momento, las andanzas del diestro sevillano entraron en un extraño ‘impasse’ hasta el descomunal zambombazo de las Colombinas . El impacto de su actuación se asimiló –o quizás superó- a la de Sevilla. El diestro sevillano logró enloquecer al público que llenaba el coso de La Merced confirmando que los algunos milagros tienen octava. Ya no había duda. Pablo Aguado era el torero a seguir.

El 17 de agosto llegaría un nuevo tropiezo en Gijón. El torero sufrió una lesión que le supuso cancelar algunos antes de poder reaparecer en Cuenca a punto de vencer el mes. Volvería por sus mejores fueros en Linares cortando dos orejas a un toro de Núñez del Cuvillo. Francisco Rivera logró su encaje en la Goyesca de Ronda, mano a mano con Morante, para sustituir a Roca Rey. Aquel día tuvo que esperar al sobrero que le regaló Morante para contemplarlo en toda plenitud.

Pablo Aguado pone fecha a su reaparición

La particular temporada de Pablo Aguado en 2019 (41 corridas, 37 orejas y un rabo) modificó muchas cosas, entre ellas su propia vida. Pero la trascendencia de la incipiente obra del torero sevillano tiene mucho más calado. Pablo ha logrado convertir lo clásico en vanguardia. La naturalidad, la cadencia, el minimalismo, el sentido del ritmo y la medida y su rabioso clasicismo tienen sentido restaurador, de vuelta a las fuentes. Más allá de las estadísticas o el número de trofeos, hay que detenerse especialmente en el impacto, el eco y el poso de una manera de torear que rompió la temporada y abre nuevos caminos al futuro inmediato del toreo mirándose en los moldes imperecederos. Algunos toreros –y hasta uno muy encopetado- ya bucean en el concepto que ha alumbrado Pablo Aguado. Su vuelta a los ruedos es una buena noticia para los aficionados.