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Actualizado: 11 may 2021 / 13:21 h.
  • El joven matador limeño da la vuelta al ruedo en su última actuación en Sevilla en 2019.
    El joven matador limeño da la vuelta al ruedo en su última actuación en Sevilla en 2019.

Es importante recordar la secuencia de los hechos, sus causas y consecuencias. Roca Rey cumplía el 10 de julio de 2019 el primero de los dos compromisos que había adquirido en la feria de San Fermín. No pudo acudir al segundo... En Pamplona se pudo constatar que no tenía fuerza en el brazo. El parte oficial emitido entonces –pronto hará dos años- hablaba de “braquialgia derecha dependiente de C7 y una tendinopatía de hombro supraespinoso con derrame”. Entonces nadie quería pensar en ello pero el farragoso lenguaje facultativo sólo estaba certificando que comenzaba un largo eclipse. Antes de acudir al impresionante embudo navarro había acudido a su Perú natal para cumplir un doble compromiso en el que ya se hicieron patentes las molestias. Después tuvo que renunciar a torear en las plazas de Teruel, Burgos y Soria llegándose a propagar el rumor malintencionado que situaba esas ausencias en una estrategia para elevar su caché. Nada de eso; el joven matador había forzado la maquinaria para estar en San Fermín.

Comenzaba un complejo proceso de recuperación que no pudo cumplir ninguno de los plazos previstos. Primero se anunció que no podría torear durante el mes de agosto. Mientras tanto, el matador peruano acudió a un centro hospitalario de Nueva York para encontrar una respuesta definitiva a aquella dolencia que no daba tregua. Roca seguía sin fuerza ni movilidad en el brazo derecho pero en su entorno seguía quemando la posibilidad de perder el año sin saber que acabaría dejando dos en barbecho. Había que anunciar la vuelta y se fijó una fecha emblemática, con un cartel de campanillas, para volver a la palestra: la Goyesca de Ronda, el día 31 de agosto, mano a mano con Morante de la Puebla... Pero diez días antes de tan trascendental compromiso anunció lo que todo el mundo temía: Andrés Roca Rey cortaba definitivamente la temporada...

¿Qué le estaba pasando a Roca Rey?

Rumores de barra aparte, el origen de la lesión hay que ir a encontrarlo en la brutal voltereta que el diestro peruano sufrió la tarde del 22 de mayo de 2019 en la plaza de Las Ventas. Fue en un imposible quite por gaoneras, en el que acabó prendido de forma brutal por un sobrero del Conde de Mayalde. En ese momento se propaló otras de las comidillas taurinas del año cuando alguien quiso ver una suerte de armadura anti cornadas en lo que sólo era un leotardo negro que quedó al descubierto bajo las taleguillas destrozadas.

Ese mismo día desorejó a un gran toro de Parladé que le convirtió en uno de los grandes triunfadores del ciclo madrileño. Fue, con su faenón de Sevilla, la cumbre de una temporada que iba a quedar incompleta. Después del palizón venteño fue atendido de una herida que lesionaba la musculatura isquiotibial pero habían comenzado las molestias en el brazo... Después llegaron otras tardes, otros compromisos y ese viaje a Chota que alentó cierta rumorología interesada en torno a una supuesta –y desmentida- pelea que habría sido la causa del dolor y la disfuncionalidad del brazo.

Roca Rey: 631 días después
Esta voltereta sufrida en San Isidro fue el verdadero origen de la compleja lesión del diestro limeño.

La situación no era nueva para Roca Rey, tan atenazado por golpes, cornadas y percances en el primer tramo de su trayectoria taurina. El mundillo recordó otra lesión semejante, en la yema de la temporada de 2016, que acabó forzando su salida del tablero de juego. Entonces tampoco faltó un viaje a Miami para tratarse de las preocupantes secuelas de dos tremendos golpes. El primero lo sufrió en Málaga, un 18 de agosto, y le produjo un severo traumatismo craneoencefálico. Forzó la reaparición en Palencia, sólo dos semanas después, para sufrir otra fuerte cogida que le obligó a cortar definitivamente la campaña mientras se hablaba de problemas de memoria y visión. La historia, de alguna forma, volvía a repetirse.

Reaparición americana

A comienzos de octubre, finalmente, Roca pudo anunciar su reaparición para el día 3 de noviembre de aquel 2019 en su Lima natal. Y el 20 de diciembre anunció la fecha de su vuelta a la trascendental escena española, fijada para la feria de Fallas después de descartar otros cosos menores como Olivenza o Illescas. Mientras tanto el diestro limeño siguió toreando por ruedos americanos hasta completar una corta campaña de diez tardes rematada el primero de marzo de 2020 en Santa Fe de Bogotá. Ése iba a ser, hasta ahora, el ruedo en el que vistió por última vez el traje de luces.

En esas fechas ya se empezaba a hablar del coronavirus, una misteriosa enfermedad que venía de China amenazando la celebración de algunos eventos. El 14 de marzo de 2020 le esperaba en Valencia la corrida de Victoriano del Río que debía estoquear junto a Sebastián Castella y Cayetano. La expectación levantada hizo colgar el ansiado cartel de ‘No hay billetes’ una semana antes del evento pero todo acabó fundido a negro a punto de comenzar. El coronavirus forzó la suspensión de la feria de Fallas que, con efecto dominó, acabaría llevándose por delante el grueso de una temporada que apenas había podido comenzar.

La cancelación del ciclo valenciano coincidió con el cierre de las taquillas de la plaza de la Maestranza. Los carteles se habían presentado el 13 de febrero poniendo fin a un culebrón que comenzó con la salida de Pablo Aguado de la corrida del Domingo de Resurrección después de la imposición de la corrida de Garcigrande por parte de Roca que, finalmente, tampoco coincidiría con el nuevo paladín del toreo sevillano en ninguno de los carteles previstos. Pero, con el virus en apogeo, todo iba a quedar en agua de borrajas.

De vuelta a los cuarteles

El parón ya era una certeza irremediable y Roca Rey decidió pasar por el quirófano a comienzos de junio de 2020. Tenía que solucionar unos problemas de menisco que llevaba arrastrando desde dos años antes. La temporada había quedado varada en medio de la nada pero a la vez que avanzaba el verano comenzaron a escucharse voces de reactivación del negocio, especialmente en Andalucía que apostó –brevísimamente, eso sí- por abrir las plazas de toros a la mitad de su aforo. En ese clima esperanzador se anunció, una vez más, la reaparición de Roca Rey en Linares. Pero la máxima expectación giraba en torno al inmenso Tajo de Ronda y su Goyesca. Roca se había anunciado el 31 de agosto en medio de Morante y Pablo Aguado, reeditando aquel cartel del 10 de mayo de 2019 que nadie había vuelto a organizar hasta ese momento.

Mientras se echaban las campanas al vuelo ya se habían celebrado con la mitad de sus respectivos aforos las corridas de Osuna y Estepona el primero de agosto; la feria de Huelva y, finalmente, la célebre tarde del 6 de agosto en El Puerto, organizada por José María Garzón. Aquel evento, celebrado en medio de una extraordinaria expectación –con Ponce, Morante y Aguado en el cartel- acabaría levantando el incomprensible fuego amigo de parte del empresariado taurino que acabó llevando a la Junta a recular... hasta ahora. La temporada había vuelto a saltar por los aires y las suspensiones no se hicieron esperar.

Francisco Rivera, empresario de la Maestranza rondeña, fulminó la goyesca sin ahorrar unas sorprendentes críticas contra Garzón. La vuelta de Roca Rey volvía a quedar en el aire. Pero antes habían circulado algunos rumores que apuntaban a que Ramón Valencia estaba dispuesto a recuperar los festejos previstos para la feria de San Miguel. Con la nueva situación, el gerente de Pagés se limitó a suspender lo que ni siquiera había llegado a ser anunciado mientras el negocio entraba de nuevo en un túnel oscuro –sujeto a unas estrictas restricciones de aforo- del que empieza a salir a duras penas.

Al concluir el verano fue noticia la ruptura de la relación de apoderamiento que unía a Andrés Roca Rey con Ramón Valencia que, en el mismo envite, decidió prescindir de José Antonio Campuzano, hombre de confianza desde sus inicios profesionales. El joven matador limeño también había decidido quedarse fuera de la llamada ‘Gira de Reconstrucción’ orquestada desde la Fundación del Toro de Lidia. Definitivamente, no era el mejor escenario para una reaparición y el torero decidió encontrarse consigo mismo en el Camino de Santiago.

Roca Rey: 631 días después
Roca Rey, el pasado otoño, haciendo el Camino de Santiago.

Luz al final del túnel

Pasó el otoño y con el final del invierno, ya en 2021, se volvió a poner sobre la mesa el nombre de Roca Rey como uno de los diestros base de la temporada de primavera que había preparado Ramón Valencia para reabrir la plaza de la Maestranza después de una temporada completa en barbecho. Los Pagés tenían claro que el mascarón de proa de esa temporada sólo podía ser un cartel de alto voltaje, el mismo que se había mascado en la calle un año antes y no se pudo armar por las propias miserias de la política taurina. Hablamos, lógicamente, de Morante, el propio Roca y Pablo Aguado. Tenía que haberse celebrado el pasado 18 de abril pero todo volvió a volar por los aires pocas horas de la frustrada apertura de las puertas de la Maestranza en medio de ese delirante proceso marcado por el metro y medio de separación entre espectadores impuesto por la Junta de Andalucía.

Todos esos carteles, íntegros, han sido trasladados al mes de septiembre. La vuelta de Roca había vuelto a demorarse pero su nombre seguía figurando para la atractiva Feria del Caballo de Jerez que había montado Toño Matilla en torno a los días 8 y 9 de mayo, el pasado fin de semana. El ciclo jerezano, como la temporada sevillana de primavera, estaba condicionado a la posibilidad de vender la mitad del aforo de la plaza de toros. La venta de abonos y entradas estaba en marcha cuando la Junta, volviendo a apurar los plazos, rogó a los Matilla que aplazaran el empeño. Una vez más tocaba esperar...

No ha podido ser en Sevilla ni Jerez. Sí será en Córdoba, aceptando el duelo demorado con Pablo Aguado que contará con el contrapunto ecuestre de Diego Ventura, no sabemos si para suavizar la tensión. Los dos espadas volverán a verse sólo unos días después –el día 19 de mayo- en el coso madrileño de Vistalegre en un mano a mano con todas las consecuencias. Esto se anima. Por fin.