Las excavaciones emprendidas el pasado mes de enero en la fosa común de Pico Reja del cementerio de Sevilla, donde descansarían los restos de 1.103 personas represaliadas por las tropas sublevadas desde el comienzo del alzamiento militar hasta el 31 de agosto de 1936, han supuesto hace pocos días la localización de restos óseos de cinco individuos con signos "que podrían estar relacionados con una probable muerte violenta".
Según un correo electrónico remitido por la Oficina de la Memoria Histórica del Ayuntamiento hispalense al colectivo de familiares de represaliados y recogido por Europa Press, después de que hasta el momento hubiesen sido descubiertos restos óseos de 120 personas con "posibles evidencias" de haber sido víctimas de la represión y la recuperación de los huesos de 111 de ellas, hace pocos días el sondeo número tres de la excavación ha arrojado novedades.
A una profundidad de aproximadamente 1,3 metros bajo rasante, los operarios y especialistas encargados de la excavación "han encontrado un grupo de inhumaciones de cinco personas, caracterizadas por estar en contacto anatómico y no responder a la forma establecida de enterramiento". Según se precisa en este correo, "cuatro están dispuestos boca abajo y uno boca arriba con orientaciones inversas".
"En los cuerpos se ha podido detectar posibles daños perimortem, que podrían estar relacionados con una probable muerte violenta, compatible con lo que indican los estudios históricos sobre los enterramientos clandestinos en esta fosa", expone la Oficina de la Memoria Histórica, toda vez que un informe previo ya daba cuenta de la detección de "un impacto de proyectil en el cráneo de un sujeto (...), siendo posible por los datos cronológicos que se tratase de un sujeto ejecutado en Consejo de Guerra".
Así, sigue adelante esta excavación arqueológica de la fosa común de Pico Reja a manos de la empresa Aranzadi Sociedad de Ciencias, tras su contratación por parte del Ayuntamiento de Sevilla, que con la Junta de Andalucía y la Diputación promueve esta actuación destinada a recuperar los restos de 1.103 personas que según historiadores como José Díaz Arriaza, contendría esta fosa principalmente por los fusilamientos perpetrados en Sevilla por las tropas sublevadas desde el comienzo del alzamiento militar hasta el 31 de agosto de 1936.