De la mano del veterano y brillante director de escena Emilio Sagi quien afirma que en sus Bodas de Fígaro, Sevilla no es un mero decorado de trasfondo sino que actúa como “un personaje más”. Así pues, a lomos del motor teatral de una ciudad de ópera, Las bodas de Fígaro de Sagi despliegan su laberinto de pasiones, infidelidades y conflicto entre clases sociales en la encrucijada de los cambios del siglo XVIII que anuncian un tiempo nuevo. La primera colaboración de Mozart con su libretista Da Ponte es un prodigio de penetración psicológica, lenguaje innovador y arias bellísimas que se prenden al oído para no abandonarlo nunca.