Opinión

Nirek Sabal

¿Son peores los niñatos confinados en Mallorca o sus padres?

¿Son peores los niñatos confinados en Mallorca o sus padres? / Nirek Sabal

Es insultante asistir a espectáculos tan bochornosos como el que nos están ofreciendo un grupo numeroso de jóvenes confinados en un hotel de Mallorca y sus padres.

¿Qué es lo que ha pasado? Vayamos por partes...

Muchos de los viajes de estudios que se han producido al final del presente curso han sido organizados por los propios alumnos puesto que los centros de enseñanza y los profesores de los mismos habían decidido no hacerlo dadas las circunstancias sanitarias. En plena pandemia y con variantes que amenazan con ser mucho más contagiosas, viajar con un grupo de jóvenes no parece el mejor plan del mundo. Por tanto, los padres de estos chicos y chicas estaban al tanto de los inconvenientes y de lo poco recomendable de realizar la actividad. Estos son los mismos padres que van de plató en plató diciendo que sus hijos están secuestrados y los mismos que piden al juez que conceda el ‘habeas corpus’ (Procedimiento jurídico mediante el cual cualquier ciudadano puede comparecer inmediatamente ante el juez para que este determine sobre la legalidad del arresto). Secuestro, arresto, muchas palabras gruesas. Pero estos jóvenes están confinados como lo han estado decenas de miles de españoles tras tener contacto directo y estrecho con personas infectadas por el SARS-CoV-2. Parece que si tienen edad para viajar solos y montar este circo, deberían tenerla para estar diez días en un hotel.

Una vez en Mallorca, todos estos se fueron de fiesta, a conciertos y, voilà, han provocado un macrobrote que suma más de 1.100 infectados. Un disparate. Y no es el único puesto que ya se conocen más aunque de menor dimensión. En esos botellones y en esos conciertos no hubo distancia de seguridad, ni mascarillas, ni nada de nada. Ni siquiera padres reclamando esas medidas a los organizadores. Eso no lo hicieron los que piden ‘libertad para sus hijos’ como si estuvieran en Treblinka.

Ahora, están confinados en un hotel de cuatro estrellas. Comen, duermen en una cama, cenan, si tienen síntomas se les atiende adecuadamente. Por cierto, uno de los jóvenes que enfermó en Mallorca ya está en la UCI (tiene 18 años); y un padre al que infectó su hijo después del viajecito, también, está en la UCI. Muy divertido todo. Salen a las terrazas con pancartas con las que reclaman su derecho a salir de allí, a la libertad. Parece ser que se portan fatal y se les ve corriendo por los pasillos, y se les escucha gritar increpando a los ciudadanos que pasan por delante del hotel, y ponen la música a todo trapo, y hacen bromas por los teléfonos internos del hotel. Todo muy bien, todo muy divertido.

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