Opinión

Juanmi Vega

La Feria es para los sevillanos

La Feria es para los sevillanos / Juanmi Vega

Cada año pasa lo mismo. Se inicia la eterna discusión sobre el elitismo y el clasicismo que rodea a la Feria de Abril y en el que se usa la coletilla: «la Feria de Sevilla es para los sevillanos», para zanjar el debate.

Quizás esa sea la esencia de esta Feria, que no está hecha para atraer público de fuera, aunque el cambio en el día de inicio sugiera lo contrario.

Es cierto que, si vienes de fuera y no conoces cómo funciona, puedes encontrarte un poco perdido. Reconozco que me pasó lo mismo cuando estuve hace unos años en Córdoba en las Cruces o incluso en las Fallas de Valencia, que no entendía bien el funcionamiento. La clave es ir acompañado por alguien que te enseñe y te lleve de la mano.

Lo mismo ocurre cuando se visita la ciudad. Es exactamente igual. El sevillano te va a llevar a bares y rincones que están fuera de los recorridos turísticos por antonomasia o señalados por las guías.

La Feria es una tómbola, no sabes qué va a ocurrir. Esta incertidumbre aumenta si no tienes caseta. Yo he vivido jornadas en las que no he podido entrar en ninguna porque no había nadie de los míos por el real y he terminado en una caseta municipal. De hecho, mi adolescencia la pasé en la puerta de una de ellas. Noches míticas en el Garbanzo Negro o en la Pecera, casetas públicas ambas.

El martes, el socio de una caseta me hizo el cálculo de lo que vale tener una. No sólo es el pago de la licencia, también hay que sumar la restauración, decoración, montaje y desmontaje, la custodia de los tubos y los elementos de la misma... al final, se eleva el coste a 20.000 euros por módulo. Eso sin contar el coste de las consumiciones.

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Puede que la magia de la Feria sea su parte restrictiva. No tengo caseta y no me planteo tenerla. Reconozco ser un tieso, pero no sabéis lo bien que me lo paso cuando la piso.