Opinión

Nirek Sabal

Rafa Mora o la cochambre del colaborador

Rafa Mora o la cochambre del colaborador / Nirek Sabal

Hace tiempo me planteo cómo es posible que un colaborador de un programa de televisión aguante en su puesto siendo odiado por la audiencia, por sus compañeros y por los personajes que desfilan por el plató en el que se hace ese programa. No se puede entender que un sujeto esté ganando dinero a un ritmo más que notable siendo un papanatas, un insultón, un necio y una persona entre cruel y despiadada.

Rafa Mora colabora en Sálvame. Aporta toda su inteligencia para que el programa se desarrolle, es decir, todo lo que hace suma al total cero. Quiere parece gracioso y resulta patoso, quiere ser un profesional contundente y creíble y se queda en chiste y caricatura penosa. Trata de imitar lo que hacen sus referentes (se fija en los colaboradores más fieros y violentos en sus manifestaciones) y la cosa le sale regular porque se termina pareciendo a sí mismo y eso resulta patético. Si hace chistes suenan a insulto; si se pone profundo el discurso suena pedante; si parece querer ayudar todo apesta a engaño. Pero ahí sigue, colaborando y facturando.

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Una fórmula televisiva que insiste en este tipo de individuos, en ese tipo de discursos tan roñosos y vacíos, no puede tener un horizonte demasiado lejano. Es cuestión de tiempo que todo acabe y que lleguen cosas nuevas para sustituir a las gastadas; en el caso de algunos programas ese tiempo se acaba. Irremediablemente. Aunque estos sujetos podrán seguir un tiempo asistiendo a fiestas para pintar la mona, podrán anunciar calzoncillos o bragas en redes sociales y seguirán ganando dinero exhibiendo su indigencia intelectual. Esto es lo que hay.