Opinión

Gabriel Ramírez

Peñafiel, Jaime del Burgo y la irrelevancia de los mezquinos

Peñafiel, Jaime del Burgo y la irrelevancia de los mezquinos / Gabriel Ramírez

Les puedo asegurar que la vida privada de la Reina Letizia me importa entre nada y nada. Es decir, nada de nada. Me da igual si ha tenido cuatro novios antes de casarse con Felipe VI, si ha tenido una relación con el que fue su cuñado mientras él estaba casado con su hermana, si en lugar de cuatro han sido cuatrocientos los novios de esta mujer. Es más, me seguiría dando igual si tuviera cuatrocientos treinta mil amantes en este momento. La vida sexual de la Reina Letizia o la del Rey Emérito o la de la Infanta Elena son irrelevantes para el que escribe. Y espero que lo sea para la inmensa mayoría de los españoles.

Lo que ya no me da igual, lo que me importa y mucho, es lo rastrero que se puede llegar a ser haciendo uso de una información que forma parte de la vida privada de una persona. Jaime Del Burgo y Peñafiel están dando un espectáculo infame e intolerable que debería ser suficiente para que Peñafiel no vendiera un solo ejemplar de su nuevo libro (esa es la razón por la que Del Burgo ha puesto sobre la mesa el pasado de la que fue su cuñada, la Reina Letizia) y para que Jaime del Burgo quede sepultado por su propia indecencia y se le dé la espalda sin compasión alguna.

Peñafiel es un anciano que cree poder criticar todo lo que tenga que ver con la realeza española. Y cree ser el único que puede acercarse al Palacio de la Zarzuela por no sé qué razón que sólo él conoce. Desde el primer momento ha detestado a Letizia y lo que representa. Yo eso no puedo juzgarlo puesto que lo que piense cada uno es cosa privada y sagrada, pero sí puedo aportar datos para ilustrar el asunto. Peñafiel, el día que murió la hermana de Letizia Ortiz, dijo en el programa radiofónico que presenta López Schlichting que Letizia debería haber ido al piso en el que murió su hermana; que debería saber ser hermana antes que princesa dadas las circunstancias. El caso es que Letizia Ortiz había ido a ese piso y, entonces, Peñafiel dijo que eso no podía ser, que estaba embarazada, que estaba mejor en casa, y que no debería poner en riesgo la vida del próximo heredero a la Corona. Este es Peñafiel. Una vergüenza como poco.

Jaime del Burgo; a pesar de liarla, publicar tuits y borrarlos al poco tiempo y tratar de ganar dinero con lo que él quiere que sea el escándalo del año; será por siempre jamás el ex cuñado de la Reina Letizia. Ni más ni menos.

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Sea como sea, no me interesa nada de lo que han intentado uno y otro demostrando ser unos machistas y unos clasistas de cuidado. No me interesa ni un poquito.