Opinión | EL MALECÓN

José Sámano

Adiós Cristiano, hola Lamine

A sus 39 años, CR, en su previsible última Euro, abandera a varios egregios a un pelo de marchitar

Cristiano Ronaldo y Lamine Yamal.

Cristiano Ronaldo y Lamine Yamal. / LAP / EP

El día de uno de los mayores berrinches de Cristiano en su fascinante carrera a Lamine Yamal le quedaban tres años para nacer. El jubiloso extremo español de 16 años ni remotamente recordará a Charisteas, aquel delantero griego que afligió a todo Portugal en la Eurocopa de 2004 con cierre en Lisboa. Dos décadas después, uno y otro, simbolizan, de alguna manera, la edición que comienza este viernes en Múnich con la añoranza de Franz Beckenbauer.

A sus 39 años, CR, en su previsible última Euro, abandera a varios egregios a un pelo de marchitar. Unos de forma inmediata, como Kroos (34) y Jesús Navas (38). El alemán, campeón del mundo en 2014, el sevillano cuatro años antes. Giroud (37), máximo goleador histórico con Francia, dejará la selección del gallo, con la que hizo cumbre en el Mundial de 2018. Otros ilustres bajarán la persiana a las grandes pasarelas internacionales de forma inminente: Pepe (41), Modric (38), Neuer (38), Müller (34) y Lewandowski (36 el 21 de agosto). Una señal de que en el fútbol ha cambiado la mayoría de edad. Los cuarentones resisten como nunca.

Entre tanta nostalgia, habrá que ver quiénes toman el relevo en un paisaje en el que, por ahora, solo sobresale Mbappé como gran estrella. A la cita alemana no faltarán jugadores muy consolidados en la cima, como Griezmann, De Bruyne, Kane, Van Dijk, Gündogan, Bernardo Silva y el español Rodri. Salvo los dos últimos, el resto supera la treintena -Kane lo hará el 28 de julio-.

En el cruce de caminos llegan “novilleros” que piden la vez a toda mecha: los ingleses Bellingham, Foden y Palmer, los alemanes Musiala y Wirtz, el francés Zaïre-Emery, el turco Güler, el neerlandés Simons y los españoles Lamine, Nico Williams y Pedri. Un convoy de noveles muy seductor.

La selección que custodia De la Fuente, triunfante en la menos dichosa Liga de las Naciones, acude a la Euro con otro diván. Al autoproclamado líder indiscutible (Luis Enrique) le ha sustituido un técnico con menos bombo, mucho más mesurado y abierto. Hoy, los liderazgos son mancomunados y esta apiñada Roja se etiqueta como España Fútbol Club. Esa es su principal divisa, sin olvidar que tiene solistas con mucho gancho. En el lateral derecho nadie sobresale más que Carvajal, protagonista indiscutible del último curso del exitoso Madrid. En la otra orilla, Grimaldo, ofensivamente el más productivo en el circuito europeo. En el espinazo, Rodri, al que afiliaría sin demora todo aspirante al trono. El mejor relevo posible del inolvidable Busquets. Y en su radar, Pedri en busca de aquel Pedri que ya sintonizaba con la élite.

Con los cadetes Nico y Lamine, España tiene vuelo como pocos. Lo mismo que con Dani Olmo. Otra cosa serán las áreas, los sectores más faldicortos. En la trinchera, el pasillo central ha dejado desvelos. Y en la vanguardia, amistosos de merienda aparte, habrá que tirar los dados con Morata, muy seco en el último tramo de la temporada. En la reserva, Joselu, un suplente efectivo, y Oyarzabal, no siempre facundo con el gol.

Para las primeras mediciones, un grupo crudo. Lo es la eterna Croacia, en la que el edadismo importa un pimiento. Torneo a torneo rema entre los mejores con los de toda la vida: Modric, Vida, Kovacic, Brozovic, Perisic… En la segunda cita, Italia, equipo sin deslumbres y enhebrado con fórceps, pero actual campeón. Para el cierre de la fase de grupos la Albania del exbarcelonista Sylvinho.

España, salvo bingos inesperados, tiene cartas para sumarse a Alemania, Inglaterra y Portugal en la caza de la favorita Francia.    

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