Opinión | El Pataleo

Mbappé, un futbolista diferente

Kylian Mbappe.

Kylian Mbappe. / LaPresse

Se suele decir que viven en una burbuja, que pasan de todo, que no tienen inquietudes, que les da igual la política...pero de vez en cuando aparecen futbolistas que se mojan. Y que lo hacen del todo, además. Ha ocurrido con Mbappé en la rueda de prensa de la selección francesa previa al debut en la Eurocopa ante Austria. Con todo lo que eso conlleva, ha llamado a los ciudadanos franceses a acudir a las urnas de forma masiva porque el país “vive una situación inédita en la que los extremos están a las puertas del poder”. Es difícil hablar más claro delante de decenas de medios de comunicación y antes del inicio para Francia de uno de los mayores eventos deportivos del mundo, seguramente el tercero tras el Mundial y los Juegos Olímpicos. Mbappé se ha dirigido especialmente a los jóvenes con un discurso valiente haciendo mención a los valores de su país, basados en la tolerancia y el respeto. Pocas veces hemos asistido a algo así en el deporte, la verdad. Por el mensaje y, sobre todo, por la envergadura del personaje. Mbappé no es un futbolista más y eso hace aún más relevante su posicionamiento ante la situación que vive su país. Antes ya se habían expresado de la misma forma jugadores como Dembelé o Marcus Thuram, pero sus palabras no tienen, ni de lejos, el alcance de las de Kylian. Tampoco su profundidad. “Espero que se haga una buena elección y estemos orgullosos de vestir la camiseta de Francia el 7 de julio”, fecha en la que se celebra la segunda vuelta de las elecciones. Más directo, imposible.

La Federación, de perfil

La política se ha metido de lleno en la concentración de Francia. Tanto que la Federación se ha visto obligada a emitir un comunicado en el que pide que no se politice al combinado nacional y en el que recuerda que, como institución, está obligada a la neutralidad. Mbappé, desde luego, ha tomado su propio camino. Desde que Macron anunció la convocatoria de elecciones legislativas tras el resultado de las elecciones europeas, en las que se produjo un gran crecimiento del partido de Marine Le Pen, en Francia no se habla de otra cosa. Y aquí viene la cuestión, ¿es bueno que un futbolista hable abiertamente de política y se posicione de manera tan evidente? Seguramente habrá quien diga que no debe hacerlo porque juega con ventaja, ya que tiene un altavoz demasiado poderoso y puede influir en la gente en el momento de acudir a las urnas. Pero también está la libertad de expresión de cualquier ciudadano de manifestarse públicamente en cualquier foro. Mbappé lo ha hecho de forma contundente, pero sin aspavientos, sabedor de que es un emblema en Francia. Hace dos años, ya se sabe, intervino incluso el propio Presidente de la república para que no se marcharse del país. Sus palabras tienen mucho valor, llegan a los jóvenes y a muchos ciudadanos que viven al margen de la política y solo el fútbol les moviliza. Mbappé se moja, sí. Queda claro que está más cerca de Macron que de Le Pen, pero pedir la mayor participación posible no es un hecho criticable, al contrario. Es plausible que un jugador abandone su burbuja de cristal y se preocupe por el futuro de los jóvenes y de todos los ciudadanos en general. En un momento en el que los chavales parece que viven anclados en las redes sociales y sin interés por la política, es muy reconfortante comprobar que alguien con dinero y fama se preocupa por su gente, por su país. Bravo, Kylian.

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