Opinión | El triángulo

Inevitablemente viejo

Si ni Biden ni Trump resultan buenos candidatos, la aparición de Kamala Harris tiene muchos alicientes que la convierten en buena candidata

Biden abandona la carrera presidencial y da su apoyo a Kamala Harris

Biden abandona la carrera presidencial y da su apoyo a Kamala Harris

Que Joe Biden no era el mejor de los candidatos para llegar a la Casa Blanca se iba confirmando día a día, hasta que un día mezcló los nombres, perdió el hilo de un discurso en el que andaba perdido hacía unos cuantos meses y saltaron todas las alarmas y la maquinaría demócrata se puso en marcha para «convencerle» de que no siguiera en su carrera hacia la Casa Blanca, porque el desastre iba a ser estrepitoso y él, que no tenía muchas salidas, se refugió en un covid y anunció que era inevitablemente viejo y que a pesar de saber que tras cada caída hay que volver a levantarse, aceptó que esa era la última caída y que había que dar un paso al lado, que nunca atrás, porque pese a quien pese hoy es el presidente de los Estados Unidos y así seguirá hasta las próximas elecciones que se celebrarán en noviembre.

Pero si Biden no era un buen candidato por esas cosas inevitables de la edad, Donald Trump tampoco es un buen candidatoaunque pueda ganar, y no lo es porque también es inevitablemente viejo y su discurso anda cargado de odio, salpicado de insultos y regado de un sopor anclado en viejos y manidos mensajes bastante machistas, racistas, supremacistas y del todo alejados de esa palabra que se escribe con nostalgia y que habla de la añoranza por tener que partir y saber que no se va a regresar.

Y si ninguno de ellos dos resultaba un buen candidato por razones semejantes y dispares, la aparición de Kamala Harrissi así lo deciden los demócratas, en la carrera a erigirse como la nueva presidenta de los Estados Unidos tiene, sin embargo, muchos alicientes que la convierten a priori en una buena candidata: podría ser la primera mujer presidenta de ese país y cada día son más necesarias mujeres presidiendo países para revertir políticas que solo generan odio y hostilidad, también es una mujer que entiende la política como un bien de servicio público y no considera al oponente un enemigo ni lanza dardos envenenados porque es capaz de comprender que el día nos muestra el paraíso perdido, mientras que la noche nos revela el infierno del que hemos huido y solo así somos capaces de seguir avanzando, de seguir creando y de poder perdonar cuando casi es lo único que podemos hacer si queremos no caer en una gran y pesada broma final.