Opinión

Elogio de la Arqueología

Sitio de los dólmenes de Antequera. Dolmen de Menga

Sitio de los dólmenes de Antequera. Dolmen de Menga / Aurora Villalobos Gómez, 2013

El tiempo es una magnitud física que permite ordenar una secuencia de acontecimientos estableciendo un pasado, un presente y un futuro. Su estudio se ha abordado desde la filosofía, la física, la antropología o la historia desarrollando conceptos como eternidad, sincronía, temporalidad o época. Tras siglos intentando medirlo con exactitud, seguimos asombrándonos de los insondables matices que aportan las percepciones. Hay segundos que se nos hacen eternos y horas que transcurren en un suspiro; hay días que pasan sin dejar impronta y días que siguen vivos en nosotros. Entre lo efímero y la efeméride media la distancia entre lo que queda atrás y lo que regresa cada año para ser celebrado.

En Andalucía, este mes de julio hemos celebrado los aniversarios de la declaración como patrimonio mundial de la Ciudad califal de Madinat al-Zahra (día 1) y del Sitio de los dólmenes de Antequera (día 15). Siendo el 28 de julio el Día de la Arqueología, me animo a celebrarlo aunque no sea una fecha unánime en el mundo. Personalmente comparto la propuesta del 18 de agosto impulsada por la Plataforma de Profesionales de la Arqueología: con motivo de la festividad de su patrona santa Elena, que excavó el Monte Calvario para encontrar la vera cruz de Cristo; y en merecido homenaje al arqueólogo sirio Khaled Asaad, asesinado tal día como hoy en 2015 por proteger el sitio arqueológico y el museo de Palmira de la destrucción y saqueo por parte del Estado Islámico.

Toda celebración tiene algo de recuerdo (pasado), agradecimiento (presente) y propuesta (futuro).

RECORDAR

La arqueología es la ciencia que se ocupa del estudio de las sociedades humanas a partir del análisis e interpretación de sus restos materiales, ya se trate del pasado más remoto o reciente. Se ha convertido en una disciplina muy especializada que ha trascendido del tradicional enfoque de investigación a la gestión, conservación preventiva, valor público, arquitectura o paisaje; con nuevos perfiles mixtos como la arqueometría, geoarqueología, arqueastronomía, arqueobotánica, etnoarqueología o arqueología forense.

Son muchos los datos novedosos que nos desvela pero no se mueve por la mera curiosidad del pasado sino por la certeza de que así comprendemos mejor el presente al experimentar la trascendencia dentro de un dolmen, interpelarnos la escena de un mosaico, transitar los mismos caminos marcados desde la primera vez y reconocer el sentido de determinados lugares que persisten en el uso aunque hayan cambiado las formas. Para mí el impulso está en las preguntas, que son inagotables porque la naturaleza humana es la misma: compartimos el anhelo de dejar huella por medio de la belleza.

El denominado patrimonio arqueológico no son más que los bienes culturales susceptibles de ser estudiados mediante metodología arqueológica pero eso no implica que sólo tengan valor arqueológico. En verdad son objetos de naturaleza artística o utilitaria que, al perder su uso, cobran un nuevo sentido desde el presente, por eso no pertenecen sólo al pasado: una villa romana se convierte en un yacimiento arqueológico, un ajuar funerario en un objeto museable, un hueso en una prueba científica. Es tal su diversidad, fragilidad y, a veces, la dificultad para ser entendidos que se consideran bienes demaniales, es decir, de dominio público para garantizar la materialidad y valores del bien y su contexto. De ahí que los hallazgos casuales deban comunicarse inmediatamente a la administración.

Es justo destacar que Andalucía fue pionera en los años 80 a nivel nacional con un ‘Modelo Andaluz de Arqueología’ que introdujo esta disciplina en la gestión del patrimonio cultural al crear la figura del arqueólogo provincial, la declaración de Zona de Servidumbre Arqueológica, el procedimiento de autorización de actividades arqueológicas, la Comisión Andaluza de Arqueología, los conjuntos arqueológicos y el Cuerpo Superior Facultativo de Conservadores del Patrimonio Histórico.

AGRADECER

Hoy es el día de los profesionales (arqueólogos, arquitectos, restauradores, historiadores, geógrafos, geólogos, biólogos, juristas, archiveros…) que contribuyen a su mejor conocimiento, documentación, protección, conservación y difusión. Por supuesto también de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado que luchan contra su expolio.

Y muy especialmente de los conservadores del patrimonio histórico y conservadores de museos que cuidan de nuestro patrimonio arqueológico motivando las declaraciones de bienes de interés cultural, interpretando y valorando los hallazgos arqueológicos, gestionando los proyectos de conservación, autorizando las actividades arqueológicas, catalogando los bienes que ingresan en un museo, facilitando su consulta a investigadores, garantizando la conservación preventiva de las colecciones, implementando planes de salvaguarda, produciendo novedosas exposiciones temporales, programando actividades culturales… Se trata de un trabajo especializado orientado al servicio público que, en gran parte, resulta desconocido a nivel social y debe potenciarse a nivel científico.

PROPONER

Por último, es un día para proponer soluciones y nuevos retos que nos comprometan. Podrá resultar desconcertante pero la arqueología no tiene un itinerario académico reconocido en España, sus competencias no vienen definidas por ninguna legislación sectorial y no es todavía una actividad profesional con un código CNAE propio; lo que genera una enorme precariedad e intrusismo profesional, con el consiguiente riesgo para el patrimonio arqueológico. En la administración cultural andaluza sería necesaria la creación de un cuerpo de inspectores del patrimonio cultural para la supervisión de actividades arqueológicas y evaluación del impacto patrimonial de otras actuaciones. Asimismo, es estratégica la difusión del valor social del patrimonio arqueológico a través de los medios de comunicación, con noticias rigurosas y documentales que sensibilicen y despierten vocaciones.

Para los romanos, ‘celebrar’ significaba en origen concurrir, visitar con frecuencia y de ahí derivó el sentido en festejar. La mejor manera de dar sentido a este día es disfrutar del inmenso y diverso patrimonio arqueológico andaluz, siendo conscientes de que la arqueología estudia las sociedades del pasado para las personas del presente construyendo el sentido de pertenencia y preservando este valioso legado para el futuro.

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