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Turismo sostenible y viviendas turísticas: Oportunidad para Sevilla

Dos turistas en una imagen de archivo.

Dos turistas en una imagen de archivo. / EFE

Si usted pertenece a una familia que viaja con niños es probable que se haya alojado en una vivienda, para compartir un mismo ambiente y no estar sujetos a horario ni restricción alguna. Tal vez, su caso sea el de muchas parejas que quieren aprovechar sus vacaciones para sumergirse en la cultura y la forma de vida de otra ciudad, como un autóctono más. E incluso puede que alguna vez haya tenido que desplazarse por motivos laborales durante un periodo de tiempo corto, pero suficiente para buscar las comodidades y flexibilidad que ofrece un hogar.

Si usted responde a alguno de los perfiles indicados, es, ha sido y probablemente será en algún momento usuario de vivienda de uso turístico. Igual que el medio millón de visitantes que optaron el año pasado en Sevilla capital por esta modalidad de alojamiento que, de hecho, es muy antigua. ¿Quién no ha arrendado alguna vez una casa o piso en la playa o el campo? En los años 80 era muy habitual que los propietarios de segundas residencias delegaran en los porteros de las fincas u otros agentes del lugar las viviendas para que su alquiler en los periodos en los que no la usaban. Algo que se hacía de manera tradicional.

Pero sí, hay diferencias, algunas para bien, pues todo este mercado se ha profesionalizado. Hoy las VUT se han convertido en un fenómeno en las ciudades que, con el gran crecimiento turístico experimentado en los últimos años, han visto alterada su oferta alojativa. Y esto, también es cierto, obliga a una regulación que no acaba de llegar. Las viviendas de uso turístico (VUT) están consolidadas en Sevilla donde, según los datos que maneja el Ayuntamiento, operan unas 6.700, el 48% de las registradas en la Junta de Andalucía. Y el debate, bajo nuestro punto de vista, no pasa por hacerlas desaparecer, sino por propiciar un desarrollo sostenible y equitativo de este sector y apoyar un marco regulatorio estable y efectivo, donde el sevillano sea el protagonista. No se trata de prohibir, sino de buscar un equilibrio entre el visitante y el residente y perseguir la clandestinidad, pues la oferta irregular compite de manera desleal con todos, y también de propiciar el crecimiento económico y la convivencia con las comunidades locales.

¿Es eso posible? Debería serlo porque las VUT ofrecen muchos beneficios y ventajas para las ciudades, aunque hay quienes todavía cuestionan esto y se oponen ferozmente a un modelo alojativo que en los últimos tiempos ha cargado injustamente con todos los males provocados por el turismo masivo. Lo más llamativo es que muchos de estos opositores son usuarios de viviendas turísticas cuando salen fuera de Sevilla.

El tema es contradictorio y no menos complejo. Quizás un poco de pedagogía y buenos datos ayudan a comprender mejor este problema. Las VUT son un modelo mucho más sostenible que otras modalidades de alojamiento y sólo hay que mirar la estancia media para comprobar que es muy superior (3,8 días frente 2,04 de hoteles). Lo que se traduce en menos visitantes y más días de estancia. O visto de otra manera, menos flujo y molestias e igual o más dinero para la ciudad.

Todo esto deriva también en un perfil de turista de más calidad, como denominan algunos al visitante que aprecia el destino y cuenta con un mayor poder adquisitivo. Y que se encuentra, por ejemplo, en mercados como el norteamericano, que hoy es líder en Sevilla, pues uno de cada cinco huéspedes alojados en VUT proceden de USA. Un porcentaje que supera con creces al turista nacional, que representa el 14%.

Pero hay más. La entrada de las viviendas de uso turístico en el mercado ha incentivado una mejor competitividad y flexibilidad de la oferta de alojamiento en Sevilla, y eso es bueno para el destino. Y también ha regenerado calles e inmuebles de la ciudad condenados al olvido o la piqueta y, por tanto, propiciando la apertura de nuevos negocios en esos entornos. Y aun así hay cuatro veces más viviendas vacías que viviendas turísticas en Sevilla. Y esto merece también una reflexión.

Por tanto, AVVA Pro apoya una regulación que proteja los derechos de los usuarios, los sevillanos y propietarios y asegure la viabilidad de un sector que aporta riqueza. Sólo en Sevilla, las viviendas turísticas generan 2.405 empleos directos, cifra que se eleva hasta los 3.359 indirectos. O dicho de otra manera, por cada diez VUT se generan 3,5 empleos directos y 5 indirectos. Otro número más: 539 millones de euros. Éste es el impacto que tiene en Sevilla el sector de las viviendas turísticas. Y hay algo muy destacable de este volumen de negocio: seis de cada diez euros se quedan en los restaurantes, comercios y transporte local.

Por lo que los beneficios se reparten mucho más allá de los propietarios y gestores de las VUTs que están operando en Sevilla y que, por cierto, son también sevillanos o residentes en Sevilla, en un 95% de los casos particulares que gestionan una o dos viviendas. Muchos sevillanos que en un momento de crisis o necesidad personal optó por alquilar su vivienda como alojamiento turístico. Son pequeños inversores que obtienen sus ingresos para vivir y que tributan también, al igual que otras modalidades de alojamiento, pero lo hacen aquí, en Sevilla. ¿Por qué? El alquiler convencional no ofrece las mismas garantías a los propietarios y eso, si me lo permiten, es algo que se escapa al sector turístico y tiene que ver más con las políticas de vivienda que desarrollan las distintas Administraciones. Las VUT son el modelo de las personas que apuestan por invertir con su patrimonio en su ciudad para garantizarse un nivel de vida aceptable y, en muchos casos, por autoemplearse.

Tenemos muy claro que elaborar medidas sin consenso con todos los implicados o que genere inseguridad jurídica juega en contra del desarrollo económico y social de Sevilla. Por ello, en un ejercicio de responsabilidad, hemos tendido la mano al Ayuntamiento de Sevilla para participar en este urgente y necesario proceso. Nuestro compromiso es con la ciudadanía sevillana y sus turistas, en ese orden.

Juan Ignacio Chaves es vicepresidente de AVVA Pro.