Opinión | Aniversario de El Correo de Andalucía

125 años de periodismo, no se puede estar en este oficio sin creérnoslo

La redacción de 'El Correo de Andalucía'. / M. Quesada

No hay fórmulas mágicas en el periodismo. Hace 125 años, como ahora, el oficio es andar y contar. Así lo escribió Chaves Nogales hace más de un siglo y así nos lo repetimos en la redacción cuando tenemos la tentación de interponer una pantalla y distancia entre el interlocutor y el plumilla.

Nos habéis obligado a salir de nuevo a la calle”, confesó un viejo compañero de profesión a los pocos meses de que El Correo de Andalucía emprendiera una nueva etapa de la mano de Prensa Ibérica.

No hay mayor elogio para una redacción que se siga de cerca sus pasos. En El Correo de Andalucía buscamos enfocar donde no se suele mirar, contar lo que se habla en la calle dotando esa reflexión, que parte del latido de la ciudad, de contexto, contraste y datos. Perseguimos la fuente exacta, buceamos en informes y los masticamos hasta poder entenderlos, nos hacemos preguntas y las respondemos de la mano de los que saben. Situamos lo local y autonómico en el marco nacional. Cuestionamos las políticas de los gobiernos y explicamos cómo afectan a la vida diaria las medidas que se ponen en marcha con fondos públicos. Miramos qué problemas acucian a nuestra sociedad, qué papel tienen unos y qué responsabilidad tiene otros. Denunciamos, celebramos y abrimos debates.

¿Estamos inventando la rueda? Por supuesto que no, sólo es periodismo. Tan sencillo como complicado de cumplir cada día, tan apasionante, tan sacrificado y tan estimulante como es responder a la vocación firme con la que nació esta cabecera hace 125 años: ser herramienta para una ciudadanía crítica y libre. Con pasión, frescura, rigor y tesón.

Sorprende la insistencia de quienes dan por muerto el periodismo cuando hay más necesidad que nunca de separar el grano de la paja, de arrojar luz donde otros cavan trincheras. Sorprende cuando hoy, además, tenemos a nuestro alcance más herramientas, más medios y más capacidad de trascender que nunca y es por eso también por lo que El Correo de Andalucía ha incorporado desde el principio el lenguaje audiovisual en sus informaciones y reportajes.

Cierto que el oficio convive con las servidumbres del chartbeat, el algoritmo y el clickbait, como antes los periodistas tuvieron que lidiar con las trampas de su tiempo. ¿El reto es mayor ahora? Seguramente. Pero no caigamos en el cinismo. No se puede estar en este oficio sin creérselo. No, al menos, como lo entendemos en El Correo de Andalucía, conscientes de que un periódico, como la vida, es una carrera de fondo de continuo aprendizaje, que aquí asumimos con el respaldo de un grupo editorial comprometido con el periodismo de calidad.

El repaso a algunos de los temas de portada por los que hemos apostado desde el relanzamiento de la cabecera nos trae a la mente el verso de Machado, como Chaves, un sevillano universal, a contracorriente, alejado de tópicos y etiquetas que con molesta recurrencia tratan de colgarnos a los andaluces o, con miopía, asumen cómodos los que visten un traje apolillado. En El Correo hay jerarquía, pero no clases.

“Se hace camino al andar”. Ése es el verso. En estos meses, en esta redacción hemos caminado para radiografiar Sevilla y Andalucía desde distintos planos. Subiendo bordillos y a vista de dron.

El estreno fue con la cobertura desde la misma bocana del puerto de Barbate de aquella noche trágica con el narcotráfico como protagonista. Desde entonces, en estos meses, no hemos querido ni queremos dejar atrás debates de calado, aquello de lo que se habla, lo que importa: la política andaluza y su peso en el debate nacional, el retraso en la construcción de las grandes infraestructuras que lastra oportunidades en la capital de Andalucía, la cuarta ciudad de España. La sostenibilidad del actual modelo turístico, el reto migratorio y la ola xenófoba que recorre Europa, los obstáculos para conseguir igualdad plena en todos los ámbitos, el problema de la vivienda que frena la vida de nuestros jóvenes y las costuras estalladas del sistema de dependencia y del sanitario.

Los desafíos de nuestras grandes empresas, la internacionalización de las pymes más punteras y la modernización del campo, las respuestas ante la sequía y la protección del medio ambiente.

El papel de la cultura y nuestro patrimonio como industria y motor de cambio, como mástil en tiempos de zozobra. Nuestras tradiciones y cómo las interpretan y viven las nuevas generaciones. La alegría y los sinsabores de los equipos de la ciudad. El mundo del toro y la corriente vegana. El humor como forma de contarnos.

En El Correo cabemos todos, será por eso que hasta la diversidad de la sociedad andaluza se manifiesta en sus mesas donde se escuchan los acentos que habitan a diario las calles de esta ciudad, el de Cádiz y el de Almería, el catalán y el porteño.

Un camino, decimos, que hemos hecho con la certeza de dirigirnos a un lector que es protagonista, vive, sufre o padece cada noticia que contamos.

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Con la confianza de los lectores, El Correo de Andalucía seguirá escribiendo su tiempo como lo ha venido haciendo a lo largo de sus 125 años de historia. Para celebrar este legado pero, sobre todo, para proyectarnos hacia el futuro, el próximo martes 8 de octubre celebramos este aniversario en el Teatro de la Fundación Cajasol donde periodistas, empresarios, políticos, agentes culturales y amigos nos daremos cita para soplar velas y brindar por el periodismo. Salud.