Opinión

Diario de una tragedia: La comida

El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en el plen extraordinario del pasado día 4 de noviembre. / E.P.

Se desveló el secreto. Lo que tantas especulaciones ha levantado. ¿Qué hizo Carlos Mazón entre las 3 y las 6 de la tarde del 29 de octubre? Se descubrió y la primera reacción es dudar. Cuando llevamos diez días huérfanos de transparencia, entre medias verdades (siendo generoso) e «inexactitudes» oficiales (más generoso aún) sobre lo sucedido, ¿se puede creer a pies juntillas una versión que ha podido ser cocinada durante horas y horas y que es ofrecida por las dos partes con coincidencia total? Lo siento por la periodista envuelta en esta trama a su pesar, pero a mí me cuesta ya creer hasta la hora que da el reloj.

Lo que persisten son preguntas. ¿Puede estar un presidente en un «almuerzo de trabajo» unas cuantas horas, como cualquier día soleado y plácido, y no llegar al Palau hasta las seis de la tarde cuando a las tres su gobierno había solicitado formalmente la intervención de los militares de la UME en Utiel-Requena? ¿Por qué hasta bien pasadas las 19:00 no se incorpora presencialmente al Cecopi reunido en l’Eliana, cuando la Confederación del Júcar avisa a las 18:04 del riesgo de rotura del embalse de Forata y el barranco del Poyo ya se había desbordado a su paso por Paipota (18:49)? ¿Por qué no se toman esa tarde decisiones importantes sin el visto bueno del president, lo que dice bastante del sistema en el que estamos? ¿Qué pasó allí para que la ministra Ribera telefonee a Mazón (cuatro llamadas dice que le costó) al ser informada de que no se estaban tomando decisiones correctas?

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El rizo final del azar es insuperable. Núñez Feijóo reprochó a Pedro Sánchez mantener el pleno del Congreso para la renovación del consejo de TVE a pesar de la DANA y ahora va y Mazón estaba en lo de À Punt y no en la DANA. Ni al guionista de ‘Borgen’ se le ocurre.