Opinión | Oído, visto, leído

Emilia, en cuatro actos

Karla Sofia Gascón recoge el premio como mejor actriz europea por 'Emilia Perez', durante los European Film Awards / Associated Press/LaPresse

1.- Si usted (varón heterosexual blanco, de cincuenta y tantos, con canas y entradas considerables, casado por lo civil, seguidor de Bruce Springsteen y tendencioso socialdemócrata venido claramente a menos) llega a casa un viernes por la noche, cansado de hacer malabares a dos manos como jefecillo de negociado en cualquier empresa del sector de cartonaje y envasados, y su mujer (mucho más inquieta y atractiva que usted, dónde va a parar. Empoderada además con la fuerza de la historia, atraída y a favor de todos los cambios sociales y sin ápice del escepticismo que a usted le tiene ya atrapado desde hace tiempo), le dice que nada de apalancarse en el sofá sino que hay que irse a ver una película que se llama Emilia Pérez protagonizada por una tal Karla Sofía Gascón y que cree (mi mujer algunas veces se mueve en una nebulosa) que también es un musical, solo le quedan dos opciones: o decir que no, romper el contrato de gananciales y seguir viendo First dates, o levantarse sin rechistar, seguirla y asumir que la amará durante toda la vida.

2.- El problema es cuando de camino al cine (conduce ella: enérgica, segura, con ganas) echas un vistazo al argumento, que es el siguiente: un sanguinario narcotraficante mexicano (que se hace llamar Manitas) contrata a una abogada para que le ayude a realizar su operación de cambio de sexo (siempre ha querido ser mujer, pero las circunstancias le hicieron caer en el narcotráfico. Qué le vamos a hacer) y empezar una nueva vida donde pueda montar una fundación para encontrar a todos los desaparecidos de su país (es un país pequeño, México) y seguir haciendo el bien toda su vida. Y efectivamente (a mí me gusta concretar las cosas. Mi mujer es más vacua) la película también tiene canciones y coreografías varias. El director de este delirio argumental es Jaques Audrilleard, un joven de setenta años acostumbrado al más difícil todavía. Pero más que el director, el que tiene aquí el mérito es el productor: cómo se convence a alguien para poner dinero en una idea como ésta es un misterio solo al alcance de los elegidos.

3.- De manera totalmente inesperada, la película funciona. Uno (ese aburrido varón de cincuenta y tantos) ve con interés el experimento, entra en el juego, ve actuar a Karla (de Alcobendas: estudiaba como chico un grado de electricidad en los ochenta y actualmente gana goldenglobes como actriz en Holywood). Y sobre todo ve unos números musicales que son el gran hallazgo de la cinta, diferentes, divertidos, irónicos y tristes a la vez, sin los cuales la película se caería y bajaría unos cuantos enteros.

Y 4.- Mi pareja sale entusiasmada del cine. Yo, menos (soy mucho más básico y primario), pero la he visto con interés. Aunque la película es un poco sectaria: el sanguinario (hombre) que se transforma en (mujer) adorable, sensible y capaz. Aún hoy no deja de sorprender cómo un tema como el cambio de sexo que atañe a menos de un 1% de la población mundial ha conseguido tal nivel de relevancia pública en bastantes países. Seguramente hay bastante de morbo (la transformación, el antes y el después) pero quizá lo que más pese es que se haya convertido en un tema político.

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Quiero decir, que da y quita votos, que moviliza (a diferencia de otras cosas que quizá también merecen la misma atención o más, y no tienen esa capacidad: los niños que tienen enfermedades raras, el problemón del bullyng en los colegios, la situación de los discapacitados -cuarenta y cinco años se ha tardado en cambiar una palabra de la constitución). Ese cajón desastre en el que se ha convertido el feminismo en los últimos años está desembocando en una guerra civil generacional sin cuartel. Por no hablar de la rapidez con la que se abordó e incorporó en España un cambio normativo (edad y consentimientos) en las que se debería haber sido más conservador, pensando en todas -no solo las buenas- las consecuencias que pueden darse. Pero estas serán otras películas, que veremos con el paso del tiempo.

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