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28 de octubre, Día de la Empresa en Andalucía

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13 oct 2023 / 15:48 h - Actualizado: 13 oct 2023 / 15:48 h.
  • 28 de octubre, Día de la Empresa en Andalucía

Dentro de unos días, concretamente el día 28 de octubre, celebraremos el Día de la Empresa en Andalucía, una ocasión para reflexionar sobre esta actividad humana que ha ido desarrollándose a lo largo de los tiempos. Los buenos empresarios tienen la capacidad de armonizar diversos factores de producción, como maquinarias, insumos, mano de obra y tecnología para producir bienes y servicios que repercuten en el bienestar de la sociedad. Una tarea para la cual es necesaria una vocación. Precisamente por ese motivo quiero recordar unas sabias palabras de Juan Pablo II que siempre me iluminaron durante los 25 años que dirigí la revista Agenda de la Empresa, dedicada al mundo empresarial. El pensamiento del Papa lo encontré en la Centesimus annus, una encíclica promulgada por Juan Pablo II el 1 de mayo de 1991, con ocasión del centenario de la encíclica Rerum Novarum: “se hace cada vez más evidente y determinante el papel del trabajo humano, disciplinado y creativo, y el de las capacidades de iniciativa y de espíritu emprendedor, como parte esencial del mismo trabajo” (Centesimus annus, n. 32).

Pues bien, a pesar de su relevancia social, sorprende que los empresarios en general no gocen en muchos sectores de la sociedad de una buena imagen, ni sean reconocidos. La percepción quizás tenga que ver con algunos casos y ciertos comportamientos oportunistas de algunos sectores productivos en distintos momentos de la historia, pero sobre todo tiene mucho que ver con el hostigamiento, a través de una amplia gama de discursos y comportamientos ofensivos que la izquierda y la extrema izquierda han venido dirigiendo al sector empresarial.

Se critica por ejemplo que el empresario tenga derecho a los beneficios como justa remuneración de sus esfuerzos, a sabiendas que dichos beneficios son signo de la buena marcha de la empresa y, por tanto, de la repercusión que esto produce en el desarrollo y avance de la sociedad.

Por otra parte, no puedo obviar que el salario en este contexto es un problema clave de la ética social. “En el contexto actual –escribió Juan Pablo II–, no existe modo mejor para cumplir la justicia en las relaciones trabajador-empresario que el constituido, precisamente, por la remuneración del trabajo” (Laborem Exercens, n.19). En este sentido, es importante precisar que “la remuneración del trabajo debe ser tal que permita a la persona y a su familia una vida digna en el plano material, social, cultural y espiritual, teniendo presentes el puesto de trabajo y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la empresa y el bien común” (Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, n.67).

Lo cierto es que, sin empresarios, no hay empresas y sin empresas no se crean puestos de trabajo, ni estabilidad económica en la sociedad. Creo que en Andalucía ha sido un acierto crear el Dia de la Empresa, un modo de proyectar un foco de luz positiva sobre la figura de los empresarios para que la sociedad los valore y ellos mismos se valoren y se afiancen en su vocación, sin que olviden que los criterios éticos contribuyen al buen desempeño de la empresa. Buenos ejemplos no faltan, últimamente conocía la historia de San Homobono (siglo XII), un productor y comerciante textil de Cremona, popularmente considerado el Patrono de los Negocios. Incluso se ha hipotetizado que Jesús podría haber sido un pequeño empresario constructor, al igual que José (probablemente el término “carpintero” es una asignación debida a una mala traducción del término griego tekton).

Concluyendo, tengo que afirmar que la empresa es un buen remedio para combatir la enfermedad del atraso y de la pobreza. Vivan las empresas.

¡Enhorabuena a la CEA y feliz día de la Empresa!