La noticia no es que un grupo de militares jubilados escriban al Rey Felipe VI para mostrar su nerviosismo «con la descomposición de la Unidad Nacional». No, no, no. La noticia es que los militares en activo hayan reaccionado diciendo que su postura es la única constitucional y esa es estar al servicio del Gobierno legítimo de España. Y el que tenemos, el que preside Pedro Sánchez, puede gustar más o menos, pero es el legítimo y no hay más discusión posible.
Que nadie confunda esa carta con el famosísimo ‘ruido de sables’ que tanto se sufrió en otros tiempos. Ese sonido lo provocan los que están en los cuarteles, los que siguen siendo militares. Porque estos 73 jubilados son civiles a todos los efectos. Conservarán sus pistolas en casa (supongo), pero nada más.
Esto es el resultado (indeseado) de señalar al Gobierno actual, votado por un número suficiente de españoles, como Gobierno ilegítimo. Cuando se pierde la decencia y se dice cualquier cosa el resultado es impredecible. Y señalar al Gobierno que tenemos como ilegítimo es un disparate. El Gobierno de Sánchez gustará poco o no gustará nada o gustará hasta el orgasmo; el Gobierno de Sánchez puede ser criticado de mil maneras distintas; pero el Gobierno de Sánchez es legítimo. Y estos 73 jubilados no pueden hacer nada que no sea votar a su partido preferido para solucionar lo que ellos creen que es un problema (leyendo la carta con atención se comprueba que el discurso de Vox en la pasada moción de censura está presente en la redacción de la carta). Como los demás, pueden hacer como los demás. Votar cuando toque.
¿Hay algo menos patriótico que intentar arrancar de cuajo la libertad a los compatriotas? Que alguien se lo diga a los abuelos que firman la carta. Y que les recuerden que el cargo militar no lo pueden utilizar porque es lo que fueron aunque ya no lo son.