"¡No hagas las cosas deprisa y corriendo!", desde que somos niños, ésta es una de las primeras lecciones que vamos aprendiendo. Cada cosa, requiere su tiempo y, claro está, para tener tiempo, hay que tirar de organización. Una de las "cosas" a la que deberíamos prestar más atención dentro de nuestro cuadrante diario es a nuestra salud; "¡la salud es lo primero!" -otra lección que aprendemos desde micos hasta que se nos cae el pelo-, sin embargo, si repasamos los horarios de las personas de nuestro entorno, nos damos cuenta de que el gym que más conocen es el Gin Tonic... (que también está muy bien, pero no es tan importante como el gimnasio, ya sea el oficial -el edificio- o el oficioso -la naturaleza, el gym más primitivo pero igual de efectivo-). Paradógicamente, sí hay que darse prisa en tomar la decisión de cuidarse porque cada día que dejas pasar sin hacerlo, se van acumulando los pequeños auto-descuidos y cuando te quieras dar cuenta... No habrás llegado ni a los 50 cuando tu salud siente que revienta.
Mens sana in corpore sano
Yo he hecho deporte desde niña: baloncesto, natación, baile, crossfit, marcha... Mis padres me enseñaron, desde bien temprano, la importancia del mens sana in corpore sano, para que nos entendamos, del mente sana en cuerpo sano, subrayando la interrelación del cuidado interior y exterior, de cuanto repercute el estar bien para sentirse bien y al revés... El fondo y la forma, la esencia y la presencia van de la mano, así que si hay que levantarse temprano para dedicar una parcela del día al autocuidado cotiano, ¡levántate!
Yo llevo un par de semanas levantándome a las 6:30 para salir a correr (aprovechando el fresquito de las primeras horas de la mañana) y, la verdad, ¡es mano de santo! Paso el resto del día llena de energía, echo fuera el estrés, se eliminan toxinas ¡hasta parece que la cara se ilumina! como si con cada carrera, rejuvenecieras (por dentro y por fuera), es como si te renacieran las ganas de hacer cosas, ¡un buen baño de actividad matutina te quita "tó" los males de encima! Mientras voy corriendo, voy escuchando música (así el dinamismo exterior se traslada al interior, ¡incluso invita a la reflexión!) y reflexionando, reflexionando, mientras me iba ejercitando, descubrí la esencia de CORRER: porque el CORazón de los REtos está en tu Resistencia.
El CORazón de los REtos está en tu Resistencia
Yo corro entre 6 - 10km cinco veces por semana, más que velocidad, lo que me interesa es la resistencia; no pretendo llegar rápido, sino que mi objetivo es ir incrementando el número de km con el paso de las semanas y, por supuesto, poder seguir corriendo (si fuera a toda pastilla, probablemente sólo correría una vez a la semana). Y la idea de resistencia, unida a la actividad de salir a trotar, me hizo pensar que, precisamente, el CORazón de los REtos está en tu Resistencia. Piénsalo, ¿cuándo llegas al epicentro de tu objetivo? ¡cuando no te has rendido! cuando, por muchas dificultades que hayas encontrado en el camino, te has superado, has conseguido añadir un nuevo kilómetro y ése será el efectivo termómetro de tu resistencia... El resistir implica combatir, ponerte los guantes, entrenar, subirte al rin y no tirar la toalla hasta dos segundos después de muerto (como me decía mi padre).
El CORazón de los REtos está en tu Resistencia, pues sí... Expresar deseos puede hacerlo cualquiera; fijarse objetivos, trazar estrategias fiables para ir a por ellos y no desfallecer en el intento, sólo está al alcance de unos pocos... ¿y eso? Tal vez sea porque la resistencia va de la mano del compromiso, del criterio, de la capacidad de discernimiento... habilidades que quedan diluídas por un mal escogido entretenimiento o como siempre, por falta de tiempo (que no hay mayor quimera... La "falta" en realidad, es la de una dirección certera hacia la que encaminar las acciones).
Ya sea para entrenar tu cuerpo o tu mente, si quieres alcanzar la excelencia, recuerda: El CORazón de los REtos está en tu Resistencia.