Desvariando

A pesar de los mosquitos

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
22 ago 2021 / 10:01 h - Actualizado: 22 ago 2021 / 10:02 h.
"Desvariando"
  • Aves en la Dehesa de Abajo, en la Puebla del Río.
    Aves en la Dehesa de Abajo, en la Puebla del Río.

Estos días hay algo de preocupación en la Puebla y Coria del Río por ese mosquito que te puede llevar al cementerio, de cuyo nombre no quiero acordarme. Cuando decidí hacerme vecino de la Puebla del Río sabía que aquí en verano hay que luchar contra los mosquitos, por ser el entorno de Doñana, la marisma, tierra de arrozales, pinares y humedales. Vivo en el campo, entre pinos, y no hay ventana en la casa que no tenga su mosquitera. A la caída de la tarde, y solo en verano, aparecen y resulta complicado estar en el porche o meterte en la piscina, aunque te empapes de repelente. Lo suyo es aprovechar esas dos o tres horas de mosquitos para cenar dentro de casa y ver alguna película. Antes de la media noche se han ido y ya puedes bañarte o sentarte en el porche sin ningún problema. Es cuestión de organizare. Lo compensa todo echarse un paseo al pueblo, por los canales de agua y los verdes arrozales, contemplando un cielo azul increíble y unas llanuras verdes que llegan hasta el río. Vivir cerca del Guadalquivir es algo que me hace muy feliz. Criado en Palomares del Río, el pueblo vecino, recuerdo que de niño veía el río grande andaluz, a su paso por Gelves, como un enemigo por el miedo con nos metían para que no nos ahogáramos al bañarnos en verano. Pero recuerdo que cada vez que iba a Coria, que era casi a diario, me acercaba a la barca para ver cómo transportaba personas de una orilla a otra y contemplar desde el Kiosco de Alfaro, que todavía frecuento, la vida de los corianos. En este kiosco te ponen un plato de albures fritos que te dan ganas de llorar al comerte la última presa. Pero vivo a las afueras de la Puebla, cerca de la Cañada de los Pájaros y de Colina, donde los fines de semana acuden decenas de familias a comer arroz con pato en El Mariqueño, entre otros restaurantes del poblado donde nació la cantaora de sevillanas María de la Colina. Cerca de esta aldea está la Dehesa de Abajo, un monte de una belleza paisajística incomparable, donde puedes ver tantas aves como estrellas de noche. Es un privilegio poder vivir cerca de los citados lugares y ver cada mañana cómo viven los cigarreros, gente amable y servicial, con mucho apego a vivir en la calle, a estar en los bares y en esas pequeñas tiendas que hacen que no eches de menos los grandes supermercados. Sí, a pesar de los mosquitos y de que la picadura de alguno con los ideas de Caín te pueda joder la vida, vivir en la Puebla del Río es como vivir dos veces. Si ya me volviera a enamorar en estas tierras, sería la repera.