La Tostá

A propósito de un muchacho de Ermua

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
11 jul 2022 / 07:55 h - Actualizado: 11 jul 2022 / 07:58 h.
"Terrorismo","La Tostá"
  • Más de un millón de personas se manifiestan por las calles de Madrid por la Paz, la Unidad y la Libertad, en protesta por el asesinato de Miguel Ángel Blanco, el 14 de julio de 1997. EFE/JJ GUILLÉN
    Más de un millón de personas se manifiestan por las calles de Madrid por la Paz, la Unidad y la Libertad, en protesta por el asesinato de Miguel Ángel Blanco, el 14 de julio de 1997. EFE/JJ GUILLÉN

El día del asesinato de Miguel Ángel Blanco por parte de la banda criminal ETA, aquel 10 de julio de 1997, lo tengo memorizado como uno de los dos o tres más amargos de mi vida. Estuve días llorando y odié a sus ejecutores como no había odiado nunca a nadie. Creo que sentí odio por primera vez ese día y aunque nunca fui partidario de la lucha armada en Euskadi, desprecié tanto a ETA ese día que les deseé lo peor. Fue el chaval de Ermua quien con su asesinato nos echó a todos a la calle a gritar basta y comenzó el final de la banda criminal y su inexplicable carnicería. Un cuarto de siglo después, el presidente del Gobierno, un enfermo de poder, Sánchez, estuvo ayer en su homenaje en Ermua y se refirió a Euskadi como “un país libre”, como España. “Dos países libres”, dijo Pinocho delante del Rey Felipe VI, que debió levantarse e irse al váter a desaguarse. Lo de Sánchez ayer no tiene nombre, es algo que no sé cómo los militantes socialistas no han roto en masa el carné y se han ido a la Moncloa a pedirle que se vaya. ¿Qué más tiene que hacer Sánchez para que pase esto? Solo una vez voté al Partido Socialista Obrero Español, a Pepe Rodríguez de la Borbolla, pero durante años valoré el papel de este importante partido en la Transición y sus primeros años de gobierno. Luego se hizo corrupto, se pudrió, y le retiré el respeto totalmente. Hoy es un partido acabado, con un secretario general enfermo que no se irá a su casa sin darle la puntilla. Todos los gobiernos han tratado con ETA para intentar acabar con la violencia, con el terror, pero lo que está haciendo Sánchez, con el consentimiento de su histórico partido, es para que el pueblo se levante y lo funda. Ayuda a lavar unas manos llenas de sangre, las de los terroristas y quienes siempre los apoyaron, algunos, hoy, en el Parlamento Vasco y en el Congreso. No han pedido perdón por el horrendo crimen de Miguel Ángel Blanco, por ninguno, pero Sánchez los blanquea porque los necesita para seguir gobernando. El presidente y algunos medios de comunicación. Estamos viendo estos días cómo uno de ellos, La Sexta, se prestaba a difundir bulos contra Podemos y su líder, Pablo Iglesias, para evitar que pudieran alcanzar el poder. Algunos lectores de la Tostá recordarán que hace unos días denunciaba lo que está pasando en nuestro país con el periodismo. No es nuevo que los grandes medios traten de influir en unas elecciones, y que tengan una determinada línea editorial ideológica, pero lo de Ferreras, los audios con Villarejo demuestran la putrefacción de la democracia española y el periodismo. Anoche daba asco leer algunos diarios digitales nacionales.