Desvariando

A ver quién dice la memez más grande

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
18 jul 2021 / 09:45 h - Actualizado: 18 jul 2021 / 17:00 h.
"Desvariando"
  • A ver quién dice la memez más grande

Creo que nuestros ministros se reúnen cada noche a ver qué gilipollez inventan para que no se hable al día siguiente nada más que de esa memez. Venga, mañana te toca a ti, Yolanda. Y sale la ministra del paro femenino, el más alto de Europa, Yolanda Díaz, con lo de cambiar el concepto patria por el de matria. Ayer no se hablaba de otra cosa en las redes sociales, sobre todo en Twitter. ¿No era esta señora la de los tres masters falsos? No es de las peores del Gobierno, pero no le pega salir cada dos por tres con alguna necedad como esta, como no le pega tampoco vivir en una vivienda oficial de más de cuatrocientos metros cuadrados o competir en modelitos caros con la reina Letizia. Se empeña también en competir con otra ministra, Irene Montero, la de Igualdad, que no se puede tener ya un nivel más bajo y dar peor imagen como Gobierno. Pero el gran debate es el de si Cuba es o no una dictadura, alimentado por una derecha distraída también con estupideces. Es una dictadura de algo más de sesenta años, que parece que tiene los días contados. La derecha quiere, como sea, que el Gobierno de España se moje y diga que lo es, que Cuba es una dictadura, como si hiciera falta decirlo. Paco Marhuenda, director de La Razón, se refirió anoche en La Sexta a las simpatías de la izquierda europea hacia la dictadura cubana, y es totalmente cierto. Recuerdo que cuando hace algo más de cuarenta años me acerqué al PCE, se hablaba más de Fidel Castro que de Santiago Carrillo o Pepe Díaz. Pero una izquierda moderna no puede negar lo evidente, por muchos intereses turísticos que tengamos en Cuba. Los líderes del socialismo-comunismo español de ahora no pueden hacer el ridículo como lo están haciendo, porque nos perjudica como país democrático. España sí es una democracia, si quieren un poco descafeinada, y es inadmisible que desde el Gobierno haya muestras de simpatías hacia esa u otras dictaduras de las que por desgracia aún quedan en el mundo. Ahora y con otros gobiernos anteriores, porque Castro, que fue un dictador muy inteligente, lo mismo se marcaba un baile con Fraga, que con González o Aznar. Pero hay que dejar atrás el pasado y ahora, con un gobierno que tanto habla de igualdad y libertades, es inadmisible la simpatía. A las dictaduras, ni agua. Hay que acabar con ellas.