He estado haciendo números y creo que si a los diputados les pagasen sólo las horas que están sentados en el escaño no llegarían a final de mes ni media docena. Es completamente bochornoso comprobar lo poco que asisten todos estos hombres y mujeres a su puesto de trabajo y si añadimos que están ahí por elección para representar a los españoles resulta doloroso a más no poder. Antes de hacer números he mirado vídeos (al azar) de la legislatura anterior y salvo contadísimas excepciones el número de asistentes fue entre patético y vergonzoso.
Por otra parte, si se le suma a esto la costumbre que tienen algunos de salir pitando del hemiciclo cuando no les gusta lo que ven, la pregunta es obligatoria: ¿Puede alguien explicar a estos sujetos que si hicieran eso en una empresa privada tendrían serios problemas para conservar su puesto de trabajo?
Ayer, los diputados de Vox se fueron porque les parecía que eso de hablar en gallego o en catalán o en euskera, era algo parecido a un insulto y que se estaban utilizando las lenguas para dividir y no sé qué más cosas. En lugar de usar el castellano para explicar su postura, prefirieron salir corriendo. Abandonaron su puesto de trabajo y comenzaron a realizar declaraciones a la prensa. Abascal dijo que hubiera querido tirar a la cara del presidente Sánchez los aparatos electrónicos de traducción y se refirió a las mayorías golpistas. Pero los que dividen y hacen del odio su bandera son los otros.
Abascal está subiendo el tono porque así lo demanda su parroquia, pero está llegando a extremos peligrosos que pueden terminar de la peor forma posible. Soliviantar al personal es muy fácil, sacar a la calle a unos miles de personas lo hace cualquiera que tenga una cámara y un micrófono a disposición, pero que esos vuelvan a casa o no se extralimiten y cometan un acto violento es muy complicado.
Parece que a Abascal le sobra media España y lo grita a los cuatro vientos. Una muestra de debilidad, una huida hacia delante y una bomba de relojería que alguien debería inutilizar. Tal vez lo que deberían hacer todos es sentarse en el escaño y ponerse a trabajar por España, por todos los españoles y no por un puñado de ellos.