Hace un año, más o menos en estas mismas fechas, mirábamos a China con escepticismo, entre otras cosas porque los chinos enviaban mensajes muy contradictorios. Nos enseñaban cómo construían un hospital de grandes dimensiones en quince días y, al mismo tiempo, nos decían que se habían contagiado un puñado de personas (si tenemos en cuenta la población total de China, los casos eran casi ridículos) y que morían un porcentaje muy pequeño. Como ocurre cada año con la gripe. Por supuesto, el mensaje minimizando el problema era generalizado en medios de comunicación, en tertulias y en las redes, aquí en España. No sabíamos que la que nos venía encima cambiaría nuestras vidas de arriba abajo.
Casi todos pedimos tranquilidad. Otros se pasaron de listos haciendo algún chiste. Por ejemplo, Antonio Maestre dijo en Twitter: «Es más probable morir atropellado porque la mascarilla para protegerte del coronavirus se mueva y te tape los ojos que por el propio virus». Otros directamente negaron cualquier peligro. Y, por su cuenta, buscando una estúpida provocación, nos encontramos con la patochada más vergonzosa que se ha podido ver en televisión referente al SARS-CoV-2. Risto Mejide, que invitó a una persona contagiada de Covd-19 a que asistiera en directo a su programa de televisión; ahora, da lecciones de civismo y de responsabilidad a todo el que puede. Pero el bochorno que supone ver algo parecido a esto creo que no tiene posible comparación con nada.
Creo que ya sobran las palabras y solo queda que echen un vistazo al vídeo. ¡Bendita redeteca¡