Los medios y los días

Adriana Lastra, claro que os toca

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19 nov 2020 / 04:00 h - Actualizado: 19 nov 2020 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • La portavoz del PSOE, Adriana Lastra. / EFE
    La portavoz del PSOE, Adriana Lastra. / EFE

Adriana Lastra tiene toda la razón y lo digo muy sinceramente: les toca a ellos lidiar con el país y, en su caso, encabezar al PSOE. Y perdón por utilizar el verbo lidiar que, a lo peor, molesta, pero es que soy mayor de 65 años y a los viejos esas cosas se nos perdonan por eso, por compasión, porque son cosas de viejos. “Escucho a nuestros mayores, pero nos toca a nosotros dirigir el país y el PSOE”, asegura Lastra. En efecto, me gustaría mucho, que se viera más al PSOE, que se le viera mucho, porque cuando yo era la mitad de joven que ella y en la universidad buscábamos a alguien del PSOE en el tardofranquismo y en la transición para que las siglas PSOE pudieran ir junto a otras subversivas y antifranquistas en uno de los grandes carteles que se adherían a las paredes pidiendo libertad, amnistía y universidad democrática, como mucho encontrábamos a un militante del PSOE en la clandestinidad, los otros deberían estar en las tertulias posteriores a las películas que se proyectaban en el cine club Vida de la calle Trajano -gentileza de los Jesuitas- o en los despachos laboralistas donde abundaban abogados del PCE, no del PSOE. Así que, Lastra, adelante, que se os vea ahora.

Yo, como soy viejo, me estoy volviendo irremediablemente sabio, tal y como escribió Benedetti, y me lo paso muy bien con este mundo, ahora me vuelven a pedir dinero para el banco de alimentos y como no lo dé me mirarán con malos ojos, las minorías tenemos que ir con cuidado, deberíamos protegernos entre nosotros o ser como ese diputado de un parlamento que le gritó desde su escaño al presidente de la cámara: “Señoría, soy la minoría más cohesionada: estoy solo”. Mi sabiduría me ha llevado a ir mucho más allá de lo que mis ojos y mi razón me dictan. Por ejemplo, en esto del relevo generacional acudo a la neurociencia para intentar explicarme por qué los viejos nos aferramos al pasado y por qué nos metemos tanto con los jóvenes. Y descubro una tesis que afirma, pongamos por caso, lo que indica el neuropsicólogo Frank Sulloway: al envejecer se experimentan cambios en el cortex frontal del cerebro y, lógicamente, esto podría afectar a nuestra manera de pensar, se estima que estos cambios podrían favorecer posiciones más conservadoras con la edad, al disminuir la capacidad de la parte del cerebro capaz de gestionar los conflictos.

Queda claro, desde esta perspectiva, algo especulativa, por otra parte, una de las causas por las que Lastra y su generación de cuarentones deben protagonizar los cambios. Claro que los demás seremos viejos pero no tenemos aún Alzheimer e incluso nos va respetando la próstata. También Felipe y Guerra gobernaron jóvenes con los otros de la foto rural de la tortilla que lanzó el finado Manuel del Valle con la cámara de Pablo Juliá. Y mira, ahí que apareció después Felipe en ese cartel electoral del 82 con la mirada llena de esperanza rumbo al horizonte y, toma, diez millones y pico de votos, anda hijo, para que hagas de una vez la transición, para que termines con los restos del franquismo y no tenga que venir ahora Lastra a decirte que sopitas y buen vino y que os sentéis, ¡coño!

Dicho todo lo cual, le pregunto a Lastra que diga de una vez en sede parlamentaria cuál es la estrategia para levantar la nueva España que parecen planear, sin rey y con estados confederados o similar, cómo van a hacer eso, insisto, me gustaría una hoja de ruta porque de lo contrario voy a seguir en el partido abstencionista como hace tantos y tantos años. Yo lo que sé, Lastra, es que de un tiempo a esta parte todo está más encabronado, esto parece 1936, los rojos y los azules se pegan entre ellos, los medios de comunicación se tiñen de un color u otro, miles de mujeres me ven como un violador en potencia, algunos y algunas ponen en mi boca y en mi mente calificaciones que no van conmigo. Mira Lastra, todos los viejos que estamos ya jubilados para ti, hemos sufrido: mis abuelos, una guerra en el frente, mis padres una guerra a los 10 o 12 años y una posguerra de carencias, mi generación -que es la de los 70- y la de los 60, una dictadura. Estoy seguro de que el humano necesita sufrir más o menos para darle valor a las cosas y actuar con plena consciencia, creo que vosotros no lo habéis tenido tan duro, en principio, pero ahora lo tenéis muy mal a todos los niveles. Os deseo lo mejor porque quiero una vejez tranquila, pero te estaré marcando y si es necesario que desenvaine la espada lo haré tenga los años que tenga.