Ojana in Excelsis

Ahora nuestro dinero sí les vale, aunque sea en botines

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Juanmi Vega @Juanmivegar
16 oct 2020 / 05:34 h - Actualizado: 16 oct 2020 / 05:34 h.
"Ojana in Excelsis"
  • Ahora nuestro dinero sí les vale, aunque sea en botines

El Ayuntamiento va a otorgar licencia de cafetería a muchas de las discotecas y pubs que la soliciten para que puedan paliar, en la medida de lo posible, el impacto económico del coronavirus.

Desde la patronal del ocio nocturno piden ayudas desesperadas al Gobierno por la pérdida de los puestos de trabajo y por la ruina que el sector tiene encima. También piden a la población que acudan y gasten en estos locales.

Me hace mucha gracia que pidan ayudas y que griten a la desesperada que necesitan que vaya la gente. Ahora mi dinero sí os vale, pero cuando iba en botines no.

Seguro que no soy el único que ha tenido que esperar una cola kilométrica para que el puerta de turno te estudie por completo y te diga “con botines no se puede entrar”. Da igual que los botines cuesten más que lo que esa persona va a ganar en una noche. No quieren botines. Segregan por la vestimenta.

Si llevas los pelos de una manera, tampoco te quieren. Si erais seis tíos, la mayoría de las veces en el mejor de los casos, teníais que pasar por caja, en cambio, si eran mujeres, todo gratis.

Que te traten como animales de establo a punto de pasar por el matadero no es plato de buen gusto. Así se sienten, o se sentían, todos los fines de semana muchos chavales que ven cómo les impedían la entrada a los sitios por no llevar náuticos o vestir como un ‘cayetano’.

Lo siento, pero no. Conmigo que no cuenten. Yo seguiré yendo al bar que nunca me ha tratado despectivamente por ir en traje de chaqueta o en calzonas y camiseta al salir de jugar al fútbol. Iré a la discoteca que siempre me ha cobrado a mí y a mis acompañantes por entrar, independientemente de si fuesen hombres o mujeres, y que les daba igual si ibas en botines, mocasines o chanclas.

Los que os miran hoy con ojos misericordiosos para que entres en su local, mañana te mirarán con esa superioridad que les da el poder vetar a la gente. Una superioridad engañosa, porque lo que no saben es que el poder lo tenemos nosotros y es tan fácil como no querer pasar por el matadero. Gracias por no dejarme entrar antaño, ahora ya no quiero hacerlo.