Intrusos

¡Al cielo con Ella!

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07 abr 2022 / 04:00 h - Actualizado: 07 abr 2022 / 04:00 h.
"Intrusos"
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Se acercan fechas de vivir intensamente, la Semana Santa de Sevilla –como la de otros puntos de España- es una explosión de júbilo, de emociones, de sensaciones, todo tiene una relación a los estímulos ópticos que nos llegan, desde una marcha eterna por la “Cuesta del Bacalao”, hasta el fino aroma del incienso mezclado con el del azahar, los rayos del sol que derraman su poder sobre las imágenes, el colorido de la ciudad y de su gente. Todo tiene una relación estrecha y directa.

Tras dos años de ausencia vuelve nuestra Semana Santa, con aroma a incienso, a paso en la calle, a consultas de la guía tan necesaria para saber ubicarnos y por donde va cada hermandad derrochando fe y devociones. Vuelve nuestra Semana Santa al son de Amargura, de Campanilleros, de plegarias hechas saetas. Dos años para un reencuentro que parecía que no llegaba.

El murmullo se dejará oír, la primera en la calle, se abren las puertas de la iglesia y sale la cruz de guía, explosión de júbilo, de aplausos, de vítores, suena la primera marcha, las primeras órdenes del capataz y se siente que ya, ya, está aquí la Semana Santa.

El niño con la pelotita de cera –o el balón-, “¿Nazareno me das un caramelo?” que suena a Gloria y, ya puestos, “¿Tienes estampitas? ¿Me das una medallita?” y sigue sonando a Gloria la musicalidad de la petición del niño o la niña, vestido de Domingo de Ramos que se apasiona con la Semana Grande de Sevilla.

En las sillas los saludos, los reencuentros, las opiniones sobre el pregón de Julio, las emociones a flor de piel, emociones que se desatan el Viernes de Dolores, en Pino Montano, en Heliópolis, con la Corona de Espinas y tantas otras que harán su particular “estación de penitencia” en los días previos y que dan ilusión, esperanza y una frase que se repite: “Esto ya está aquí”.

Se mira al cielo, con inquietud, con temor, con incertidumbre, “a ver qué pasa le dice el cuñao al otro”, se olvidan las animadversiones de la cena de Navidad y se une en la fraternidad de la Hermandad. “Ya vienen los ciriales” resuena a lo lejos mientras que asoman los acólitos, una nube de incienso se apodera todo, caen las tinieblas y emerge el poder de una canastilla con los sagrados titulares al son de una marcha eterna... ¿Qué más se puede pedir?

En la radio sintonizada tu cadena favorita con los comentarios de los clásicos, con aquellos que ponen voz a los sentimientos, con las imágenes en verso, en palabras, de quién siente cada gota de cera que cae a la calzada.

En la tele tu programa, con pasión, con vigor, con fuerza, con la mesura de quién regresa y que jamás se fue. “¡Los pasos ya están en la calle!” y Sevilla está en la calle.

Veo a amigos, a Antonio Puente Mayor con sus nazarenos de caramelos llevando cultura cofrade a los jóvenes y no tan jóvenes. Me encuentro con Víctor García Rayo y las emociones y sentimientos que pone en cada palabra tan medida y equilibrada como la salida imposible que retransmite. Me encuentro a los compañeros de Canal Sur haciendo lo que mejor hacen: Radio y transmitir ilusión. Allá va Juan Miñarro, disfrutando de lo que más le gusta, en silencio, sin destacar pues lo que destaca es su obra, magnifico. Leo a mis compañeros de El Correo de Andalucía y veo “La Recogida” que este año será imprescindible a la par que se pide la precaución debida pues, aunque es Semana Santa y el ambiente es festivo, seguimos en una pandemia que debemos saber esquivar.

Precaución, calma, disfrute en una semana que debe reinar la luz de la Semana Santa, de los cirios por los callejones, de la candelería de los palios y de la mirar de aquel que se encuentra con lo más le gusta. “¡Al cielo con Ella!”.