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Los medios y los días

Al fin, ¡pluralismo!

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04 dic 2019 / 07:21 h - Actualizado: 04 dic 2019 / 07:21 h.
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  • Al fin, ¡pluralismo!

Primero fue la crisis del papel en el mundo de la prensa. En diez años, El País bajó desde los casi 400.000 ejemplares a los menos de 100.000 actuales. Y algo similar les ocurrió a todos los diarios del mundo, fueran o no de referencia. Los lectores huyeron a la gratuita versión digital que desde hace unos pocos años intenta vender sus informaciones creando eso que llaman “muros” de pago. Por ahora, sólo algún rotativo estadounidense ha logrado rentabilidad pero es que el lector norteamericano no tiene detrás tanta historia como el europeo y le cuelan muchos asuntos como periodismo de calidad cuando las dos cabeceras más importantes de USA ya no pertenecen a empresarios del periodismo sino a otros como Jeff Bezos o Carlos Slim que se dedican a todo de todo, ya me dirán ustedes cómo los periodistas de USA pueden ser auténticamente libres así por mucho que digan sus patrones que ellos no se meten en nada, eso lo dicen todos y sólo un ingenuo puede creérselo.

El caso es que los diarios digitales ya empiezan a estar antiguos. Ahora tenemos una nueva extensión de nuestro cuerpo llamado Smartphone y por ahí nos llega un periodismo auténticamente plural. Estoy feliz, decenios aguantando la misma canción de los mismos cantores, que tienen que darles a sus públicos la carnaza que desean para que los consulten o los compren: unos a favor de la monarquía, la derecha y el orden; otros a favor de la derecha sonriente del PSOE, otros en pro de la extrema derecha, pero ninguno pensando en contar lo que ocurre desde todos los prismas y con la mayor profundidad posible.

Ese juego ajeno al buen periodismo se acabó. Ahora los que queremos saber lo que pasa y no lo que desean otros que sepamos, tenemos la posibilidad de recibir alarmas en nuestros móviles que llegan desde todo tipo de medios, nacionales e internacionales. Ya sé que la mayoría va a seguir sustancialmente igual que cuando se llevaba la palma de prensa de papel porque si los dos primeros diarios de papel eran El País y El Mundo también las mismas cabeceras están al frente de los rankings de lectura digital, pero al menos algunos recibiremos versiones no dirigidas desde la Casa Blanca, por regla general, para vergüenza de Europa. Los españoles, por ejemplo, no vemos a América Latina como a una zona del mundo hermana sino según los intereses de los EEUU y de la UE, somos unos indignos para eso desde 1898, al menos.

Lo sustancial no ha variado: si usted desea estar bien informado no puede leer un diario ni dos, tiene que hacer un buen esfuerzo de lectura y dedicar al menos dos horas diarias a leer todo tipo de prensa. Pero mientras que antes había que buscarse la vida en los quioscos donde no se solía hallar pluralismo real, ahora está en la Red y, para mayor comodidad, en un cacharrito pequeño al que estamos pegados todo el santo día, comunicándole a los demás que nos duele la barriga o que el sol ha salido por Antequera. Por fortuna, ese cacharrito permite además acceder a multitud de fuentes que nos cuentan lo que realmente ocurre en el mundo. Y gratis. Eso sí, hasta que alguien tire del enchufe porque no olvidemos que la Red es un negocio, tiene dueños y sufre censura en todas partes.