Jorge Pérez y Alba Carrillo han tenido una noche divertida en la que han compartido salivas y epidermis. Nada que no pase a diario en las noches de las ciudades españolas. A puñados, sí, a puñados se encuentran casos como este. Incluidos los que protagonizan hombres casados y padres de cuatro hijos.
El asunto que complica todo es que estas dos personas son populares. Aparecen en la televisión un día sí y otro también, participan en realities y cosas así. Y lo pone más difícil que Jorge Pérez, efectivamente, es padre de cuatro criaturas (o de tres, ni sé ni me importa el número exacto). Pero lo termina de complicar la propia televisión, concretamente un programa que presenta la desastrosa Emma García, periodista mediocre que no sabe hacer programas alejados de la caspa y la ridiculez. Eses programa se llama Fiesta o Juerga o Viva la Fiesta (tampoco lo sé, tampoco me importa, y no es algo relevante). Todo se pone cuesta arriba si en un programa se carga contra la mujer que ha protagonizado este escarceo nocturno. Ella no tiene pareja y se insinúa (en el programa casposo) que lo ha intentado otras veces y con otros, que ella es responsable de no sé qué cosas y que la pareja de Jorge Pérez está en peligro por su culpa.
Si bien es cierto que estamos ante un problema moral que afecta a ambos (ella debe pensar en las consecuencias; él es un traidor y un desleal y punto), el verdadero culpable, el que pone en peligro una forma de vida es él puesto que es el que tiene un compromiso vivo con una tercera persona. Y este es un problema que atañe solo a los involucrados. Pero no, en el programa de esta presentadora todo vale, todo puede sobarse y y todo puede ser utilizado para montar un show.
Seguimos consumiendo bajeza moral y periodismo de tercera. Y así nos va.
Por cierto, Alba Carrillo está soltera y puede hacer o que le dé la gana. Una, dos y mil veces. Coño ya.