Que Alba Carrillo es una mujer guapa, inteligente, astuta y definitivamente inestable, es tan cierto como que está en todas las salsas que nos deja el mundo del famoseo, ese territorio en el que la casquería emocional es plato único. Si no es un escándalo protagonizado por ella misma es lo que dice sobre algo ajeno; si no es por algo maravilloso es por una salida de pata de banco.
Esta vez, Alba Carrillo ha cargado con dureza contra Risto Mejide. A este muchos le ven como un tipo culto, inteligente e innovador. Ya les digo yo que presume de cosas de las que no entiende nada en absoluto; por ejemplo, se le ha visto poner los ojos en blanco al escuchar un aria interpretada por un cantante mediocre y ha terminado diciendo que era lo mejor que había escuchado en los últimos veinte años; por ejemplo, se atreve a valorar cualquier tipo de espectáculo sin entender gran cosa de ninguno de ellos. Un fantoche. Por tanto, el que escribe lo que ve en este sujeto es una pose (según la RAE, pose es una postura poco natural, y, por extensión, afectación en la manera de hablar y comportarse), una inteligencia a la que le faltan varias patas (por ejemplo, la emocional) y un cúmulo de disparates que quieren ser la vanguardia de algo que se llama estupidez (y él no lo sabe).
Este tipo dijo, durante la emisión de las campanadas de final de año en Mediaset, que dar la noticia de un embarazo o referirse a un familiar muerto daba mucha audiencia (algo así). Con ello señalaba a Cristina Pedroche (embarazada) y Ana Obregón (ha perdido un hijo). Lo dijo de forma entre despectiva y chistosa, entre lo que él piensa que es fina ironía y resulta ser un comentario desafortunado y sucio. Y Alba Carrillo, que está en todas y aprovecha su momento de enorme fama, ha puesto a caer de un burro a Risto Mejide. Evidentemente, no somos pocos los que nos unimos a las críticas de la señora Carrillo y no somos pocos los que, rendidos ante el cetro de esta mujer desde hace muchos meses, nos ponemos a sus pies sin condiciones. Incluso sabiendo que debería hablar con algún profesional.
Alba Carrillo da una de cal y otra de arena, pero nunca falla y si habla es posible que suba el pan (que alguien avise a Pedro Sánchez para que intente contener algo de la inflación controlando a esta señora).
Risto Mejide da una de cal y una de cal. Hasta ahora, le ha servido para mantenerse en sus puestos dentro de una cadena que apostó por la caspa, el escándalo y el destrozo. Ya veremos en esta nueva etapa que parece que comienza. Ya veremos si es tan gracioso si le llega su hora.