La vida del revés

Albert Rivera deja de ir a la oficina y, tal vez, le dé por trabajar

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08 feb 2022 / 18:40 h - Actualizado: 08 feb 2022 / 19:03 h.
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Albert Rivera ha dejado el bufete de abogados en el que trabajaba hasta ahora. Comenzó a hacerlo después de dejar la política activa. Digo trabajaba porque, por lo visto, iba por allí, pero en ese bufete dicen del señor Rivera que “su productividad estaba alcanzando niveles preocupantes, muy por debajo de cualquier estándar razonable”, es decir, dicen que Albert Rivera no hacía el huevo, que se dedicaba a la vida contemplativa o algo parecido. Le pasaba lo mismo al que fuera compañero de fatigas políticas de Rivera, el amigo Villegas. Y, visto lo visto, les han dicho que se pongan a funcionar y les ha dado un ataque de risa y se han ido a casa que se está divinamente. Igual les da por trabajar en el futuro y así queda demostrado que los milagros existen. Ya veremos.

Muchos de los políticos que representan a los españoles en el Congreso de los Diputados, en el Senado, en ayuntamientos o diputaciones, no han trabajado en la empresa privada ni un solo día. Bastantes no han trabajado ni en la empresa pública ni en la privada ni un solo día y eso quiere decir que no han trabajado en su vida. Y eso supone que, muy probablemente, hayan sido elegido para integrarse en una lista electoral porque son más amigos que otros del candidato, que han sabido moverse en los despachos o cualquier otra actividad que poco tiene que ver con el curriculum (hemos sabido que eran falsos o estaban inflados como globos aerostáticos en casos más que notables), que no tiene que ver con la inteligencia o con las capacidades intelectuales (luego pulsan mal los botones varias veces durante un solo día y pasa lo que pasa), que no tiene que ver con el esfuerzo. Ya les digo yo que en la empresa para la que yo trabajo ni el 1 por ciento de todos estos podrían trabajar como los que ya lo hacen. Pero ni de coña, vamos. Otra cosa es que las empresas quieran nombres importantes en puestos importantes por cuestiones estratégicas, otra cosa es que algún empresario se quiera dejar engañar por alguno de los que han demostrado ser malos políticos, que de visionarios tienen lo que yo de cura o que para trabajar no han venido a este mundo.

¿Cuántos políticos recuerda usted que esté viviendo del cuento o lo haya hecho en algún momento? Por ejemplo, el señor Abascal reconoció haber estado al frente de un chiringuito maravilloso. Es solo un ejemplo y la lista es enorme. Le invito a buscar nombres para que pase un buen rato.

Es una pena lo que sucede en España con la clase política y lo peor de todo es que nos hace hasta gracia y miramos a otro lado porque hemos tirado la toalla y pensamos que es un mal irremediable. Tremendo.