Alberti banderillero

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22 ago 2020 / 04:43 h - Actualizado: 18 ago 2020 / 13:46 h.
  • Alberti banderillero

Manuel Machado hubiera querido cambiar su gloria por la gracia de ser un buen banderillero.

“Y, antes que un tal poeta, mi deseo primero / hubiera sido ser un buen banderillero”.

Buen pareado de trece sílabas asonantes.

Alberti pensaba parecido.

"Me he enterado que Alberti anda con gitanos, banderilleros y otras gentes de mal vivir. ¡Está perdido!", dijo Juan Ramón Jiménez cuando se enteró las amistades del poeta gaditano. Un poeta amante de los toros que siempre tuvo la ilusión de formar parte del planeta de los toros. Esa ilusión se consumó en Pontevedra pero sólo duró unas pocas horas "ciego rayo sin límite, que es un toro recién salido del chiquero", diría en “La arboleda perdida”.

"Menos mal que aquel público gallego no era de esos que piden ‘hule’, como el andaluz o el madrileño, y pude pasar desapercibido"

“He sido siempre un gran aficionado a los toros, sigo pensando que los toros son una fiesta única, llena de cosas inexplicables,... Y ser torero me parece también algo maravilloso, casi mágico. Yo siento una gran admiración por la fiesta” relataba Alberti.

En junio de 1927, Sánchez Mejías remitió un telegrama al escritor del Puerto de Santa María requiriéndole que se presentaran en la plaza de Pontevedra, donde toreaba junto a Cagancho, Antonio Márquez y el rejoneador portugués Simao da Veiga.

El tren lo cogió en Alcázar de San Juan, hizo el paseíllo con una montera de Cagancho, un capote de paseo de Márquez y un vestido naranja y azabache de Sánchez Mejías: “Con cierto encogimiento de ombligo, desfilé por el ruedo entre sones de pasodobles y ecos de clarines. Cuando el primer cornúpeta, tremendo y deslumbrado, se arrancó, pasando entre las tablas y mi pecho, comprendí la astronómica distancia que mediaba entre un hombre sentado ante un soneto y otro de pie y a cuerpo limpio bajo el sol, delante de ese mar, ciego rayo sin límite, que es un toro salido de chiqueros”.

Los últimos versos con los que Alberti se despide de Sánchez Mejías: “Yo, lejos navegando, / tú, por la muerte”, “Sobre la arena pálida y amarga / la vida es sombra y el toreo sueño”.

Rafael Alberti diseñó el último traje de luces que lució Luis Miguel Dominguín e incluso pintó algún cartel de toros. ...

Abanicos de aplausos, en bandadas,

Desciende, giradores, del tendido,

La ronda a coronar de los espadas.

...

¡Buen caballito de los toros, vuela,

sin más jinete de oro y plata, al prado

de tu gloria de azúcar y canela!

...

Carrusel de claveles y mantillas

De luna macarena y sol, bebiendo

De naranja y limón, las banderillas.

...

Y en la sombra, vendido, de puntillas,

Da su junco a la media luna fiera,

Y a la muerte su gracia, de rodillas.

...

Feria de cascabel y percalina,

Muerta la media luna gladiadora,

De limón y naranja, reolina

De la muerte, girando, y los toreros,

Bajo una alegoría voladora,

De palmas, abanicos y sombreros.