- Foto: EFE
Alquilar una habitación es una ayuda sustancial para el arrendador, porque permite sumar al salario una cifra nada despreciable. Alquilar un piso es una solución, también para el arrendador, capaz de excusar al propietario de trabajar porque sólo con el alquiler del piso ya obtiene aproximadamente el equivalente a un salario, y en muchas ocasiones bastante más que un salario. Todo depende del grado de especulación.
El Banco de España ha avisado, otra vez, sobre el grave problema de los altos precios de la vivienda, precios que superan los de Europa, pero por lo general con unos salarios que cuando más sólo alcanzan al 50% de los europeos. Esto lo ha avisado el Banco de España, nada sospechoso de ser comunista ni nada que se le pueda parecer. Tampoco es comunista la Unión Europea, y la Comisión (el gobierno de Europa, para entendernos), ha llamado la atención a España por los altos precios de la vivienda. Los precios de la vivienda están creando miseria y lo reconocen el Banco de España y la Comisión Europea, que podría sancionar a España por mantenerlos tan elevados.
Sin embargo el PP de Feijoo y Moreno Bonilla sigue amenazando con no aplicar la tímida Ley de Vivienda en las comunidades donde gobierna. Eso es “predicar con el ejemplo” (anda que sí), que cuando una ley disminuye mínimamente los ingresos de los más pudientes, ellos se rebelan contra esa Ley y amenazan con no cumplirla. Será para luego cínicamente acusar al gobierno del Estado por ser obligados por el mismo partido a hacer frente a las multas que imponga Europa. Porque Europa no se entiende con las comunidades, eso sería una Europa federal, figura de la cual la Unión está muy lejos. La Unión Europea la forman los Estados y la Comisión Europea y los órganos de gobierno y administración, sólo se entienden con España. Es una ventaja bien estudiada, una manipulación bien orquestada, para hacer creer a la gente que es el gobierno quien falla y por eso recibe multas de Europa, cuando las multas, si llegan, estarán directamente provocadas por el Partido Popular, Feijoo y las comunidades que obedezcan su boicot.
Para el PP, cuánto más cara sea la vivienda más ganarán sus amigos y todos los especuladores en general, actividad esta de la especulación por la que están demostrando una gran simpatía. Por eso anuncian no respetar la voluntad mayoritaria de Congreso y Senado y avisan que no la cumplirán, a sabiendas de su obligación de cumplirla y hacerla cumplir y de que las multas las pagaremos todos, en tanto ese dinero sale del erario público, aunque después se dediquen a culpar al gobierno por verse obligados a pagarlas.
Al mismo tiempo la Comisión Europea ha felicitado a España por la elevación de su renta y la disminución del paro, reducido a menos de la mitad desde el gobierno de Rajoy. Pero, por lo que se ve, todo lo que es bueno para la mayoría de los habitantes del reino de España es mal visto por Ayuso, Feijoo y Moreno, deseosos de implantar una autocracia donde predomine el poder del dinero sobre cualquier derecho. Al oponerse a las subidas de salario y a la contención de los precios, en especial los de la vivienda, ellos se colocan automáticamente a favor de extender y ampliar la pobreza y la marginalidad, en defensa tan sólo de los potentados y de las clases más beneficiadas, para que así se puedan seguir beneficiando.
Si a esto se suma su obsesión por la privatización de la enseñanza y la sanidad, ya tienen las ciudades y pueblos y los habitantes de las comunidades del 143, motivos de sobra para darles la espalda de forma definitiva. Que hay otros grupos políticos que sí defienden mejores precios y mejor sueldos. Y si no los hubiera habría que crearlos. Todo menos favorecer a quienes están por mejorar el bienestar de los ricos y los más pudientes en general y llevar a la desaparición el bienestar de los demás.