El último notición televisivo es que Anabel Pantoja se dedica a masturbar a otro concursante con alevosía y nosturnidad. Telebasura en estado puro, concursante anodino y vacío en estado puro, idiotez en estado puro.
Esta es la que se casó hace unos meses sin estar enamorada del que fue su marido (según ella misma ha confesado) y se separó del sujeto sin compasión; esta es la sobrinísima de Isabel Pantoja que no sabe hacer otra cosa que aparecer en las pantallas de televisión diciendo frases inconexas y sin sentido alguno; esta es la mujer que se dedica a hacer el ridículo en internet y suma seguidores al bailar meneando las carnes sin pudor alguno (esto es lo único meritorio que se le conoce porque evitará tener complejos a más de una joven); esta es la que no duda ni un instante en hacer caja hablando de la familia, emitiendo en directo imágenes de su boda o teniendo broncas descomunales con alguien frente a una cámara. Cateta de pro, inculta de manual y ridícula hasta el extremo.
Pues ahora masturba a tiradores de esgrima. Elegancia sobre todo lo demás. El muchacho inmóvil (parecía que le había dado un parraque definitivo) ya tendrá tiempo de contar su experiencia (lo hará por una suma suculenta porque para eso la protagonista es especialista en esas cosas). Ella ya tendrá tiempo de explicar los motivos.
Esto es la televisión según algunas cadenas. Y esta es la pena que tenemos que sufrir las sociedades actuales que se han convertido en marcadores de decadencia. Tal vez masturbar sea la puerta a espectáculos más sofisticados y excitantes para bobos consumidores de televisión. Veremos...