Viéndolas venir

Andaluces de Andalucía

Image
Álvaro Romero @aromerobernal1
28 feb 2023 / 11:30 h - Actualizado: 28 feb 2023 / 11:32 h.
"Viéndolas venir","28F Día de Andalucía"
  • Foto: El Correo
    Foto: El Correo

El mejor modo de celebrar el Día de Andalucía es tomar conciencia de lo que somos gracias a lo que fuimos, o sea, gracias al coraje de nuestros antepasados por no plegarse al modelo de sur que tenían planeado de Madrid para arriba. El mejor modo de celebrar este día es tomar conciencia de que nuestra gracia, como interiorizaron los flamencos in illo tempore, es en todo caso un don, un desparpajo, un ángel transmitido por la sangre para dinamizar nuestra intimidad familiar, pero nunca un chiste encapsulado para entretener a los señoritos. Nuestra mejor manera de celebrar Andalucía es convencernos de que nuestra tierra no es la marca de nadie, ni de la izquierda que quiso envolverse en su bandera, ni de la derecha que quiere convertirla en marketing de sus propias conquistas, sino la tierra real que nuestros padres, nosotros mismos y nuestros hijos tenemos el reto de librar de la miseria, eternamente.

En este sentido, aunque ningún responsable público nos lo diga hoy porque aquí cada cual arrima el ascua a su sardina -máxime a tres meses de las elecciones-, hace falta recordar la esencia de lo que significa ser andaluz. Al contrario de lo que sucede en otras identidades de la Península, el andaluz no lo es por negación de los demás, sino por inclusión generosa, desprendida, de todo aquel que quiera ser de los nuestros. Igual que los gaditanos nacen donde les da la gana, los andaluces también, porque basta al cabo vivir en Andalucía, o sentirla acaso, o pasar por aquí, para considerarse andaluz. No somos andaluces contra nadie, sino a base de los nadies y a pesar de ellos. No somos excluyentes de ninguna otra condición, porque se puede ser andaluz por los cuatro costados y español al mismo tiempo, y bético o sevillista, sin problemas, o del Cádiz o del Almería, y votar a quien nos da la real gana, no como cuando nos entregaban en los cortijos la papeleta de sitio. Esa ha sido una de las máximas conquistas de Andalucía desde que tiene su día oficial. Luego está el otro, el 4 de diciembre, que también es nuestro.

Como a Roald Dahl, ahora también pululan los que quieren enmendarle la plana a Blas Infante, desdoblando entre andaluces y andaluzas, como si aquí no habláramos el mejor castellano de medio mundo con el que enseñamos a hablar al otro medio; o sustituyendo en su Himno –el nuestro- la palabra “España” por el acomplejado sintagma de “los pueblos”, como si aquí no hubiéramos desdramatizado hace tanto nuestro múltiple orgullo de ser andaluces y españoles con todas las letras y a mucha honra. ¡Andaluces de Andalucía, levantaos para seguir reivindicando ser luz! Los andaluces queremos / volver a ser lo que fuimos / hombres de luz, que a los hombres / alma de hombres les dimos. Pues eso. Sigue haciendo tanta faltita.