Viéndolas venir

Andaluces y autónomos

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Álvaro Romero @aromerobernal1
01 mar 2021 / 08:36 h - Actualizado: 01 mar 2021 / 08:37 h.
"Viéndolas venir"
  •  Pleno institucional del Parlamento de Andalucía por el 28F. / E.P.
    Pleno institucional del Parlamento de Andalucía por el 28F. / E.P.

Entrar en el Parlamento, y con fuerza creciente, para criticar al Parlamento mismo, a la autonomía, a nuestro bandera y a Blas Infante -y para colmo en un acto para despreciar el honroso acto oficial de la fiesta de nuestra autonomía- debería ser una pista lúcida para quienes creen que la propia democracia que los permite está vacunada contra los fascismos. No, no lo está. Y aunque solo fuera por la memoria de nuestros antepasados, que tanto lucharon por que Andalucía tuviera una voz, un gobierno y una dignidad también en los papeles, esta vergüenza ajena que sentimos algunos debería ser un faro que cegara a tanto caballo de Troya suelto, más bien potros que jamás han dado un palo al agua y ahora no les importaría repartir palos en todas las orillas.

Los andaluces nos dimos un gobierno propio hace ahora la edad que yo tengo. A mí no me preguntaron, claro que no, pero sí a la sangre de mi sangre que hasta entonces se había derramado para una tierra cargada de paz y esperanza, sí, pero también de dignidad y progreso, después de toda una Historia a las órdenes de Castilla, de su vieja guardia, del Madrid moderno, de los señores que mandaban desde arriba sin preguntarnos siquiera, sin venir por el Sur más que a lo que se va a los sitios de vacaciones, y, por tanto, con la cabeza vacía, porque de lo indispensable ya se encargaban los criados.

Blas Infante, que podría haberse dedicado a sus asuntos, a sus cuatro niños y a vivir tan aburguesadamente como cualquiera en su posición en aquellos años, se dedicó a pensar Andalucía y lo puso por escrito, y aquella generosa lucidez le valieron unos cuantos tiros la madrugada más calurosa de aquel año 36. Luego, con los despojos de su densa memoria, conseguimos un Parlamento en el que están representadas todas las fuerzas que los andaluces votemos, incluidas esas que quisieran acabar con un Gobierno cercano, legítimo en su propia tierra, necesario en sus competencias. Y uno se pregunta para qué se presentan a las elecciones a un gobierno autonómico gentes que quisieran destruirlo. Probablemente, para barrer todo lo gubernamental hasta la capital de España y gobernarnos luego con distanciamiento, ese que ayer ya no importaba porque la concentración no era del 8-M.