La Gazapera

Andalucía se declara antiflamenca

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
13 feb 2021 / 08:21 h - Actualizado: 13 feb 2021 / 10:31 h.
"Flamenco","Arte","La Gazapera","Medios de comunicación","Pandemia"
  • Foto: EFE
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Lo mismo que quieren acabar con los toros, un día pueden ir a por el flamenco. ¿Se imaginan? “Utrera se declara antiflamenca”. De hecho, cuando llegó la pandemia el ministro de Cultura citó a los representantes de los colectivos de su competencia para hablar de ayudas públicas y se olvidó de los artistas flamencos. Creería que este arte fue creado por el franquismo, claro. ¿Han escuchado alguna vez a Sánchez e Iglesias hablar del arte jondo? Ni a Carmen Calvo, que cuando era consejera de la Junta de Andalucía sí era muy flamenca amante de los flamencos. Ayer me llamó la atención un titular: “Espartinas se declara pueblo antitaurino”. Sentí un extraño escalofrío, porque alguien que se cree el pueblo y decide por el pueblo, es un peligro para el propio pueblo. O sea, fascismo en estado puro.

A José Díaz, el que fuera secretario de Partido Comunista de España (PCE), le preguntaron qué diría si el pueblo español votara a favor de acabar con los toros. Respondió que acataría lo que dijeran los ciudadanos, pero, “diría que, por primera vez, el pueblo se ha equivocado”. Pues a estos comunistas de ahora les importa un pimiento lo que quiera el pueblo. Van a por los toros, luego irán a por la Semana Santa y no me extrañaría nada que quisieran acabar con el flamenco, algo que ya intentaron los poderes fácticos del XIX en Sevilla, cerrando cafés cantantes o tirándolos con la piqueta, como el Salón Novedades, derribado en 1923 por el célebre Alcalde Palanqueta.

Curiosamente, el franquismo no intentó siquiera acabar con este arte andaluz ya bicentenario, sino al contrario. La mayoría de los grandes festivales flamencos nacionales se crearon en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo, así como los mejores concursos del país, como son los de Córdoba, La Unión y Mairena del Alcor entre otros muchos. Nacieron también las peñas flamencas y los grandes medios de comunicación empezaron a ocuparse de un arte que siempre estuvo algo abandonado. Pero ahora, en el siglo XXI, como quieren destruir todo lo español, acabarán con los toros y el flamenco, que siempre han ido de la mano. Lo de Espartinas es un serio aviso. Si un día se levanta, compra un periódico y ve en portada el titular de este artículo, no se asombre.