Andújar y la escucha mutua

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23 abr 2016 / 21:09 h - Actualizado: 23 abr 2016 / 21:37 h.
"Cofradías","La apostilla"

Media Andalucía está en fiesta hoy, del alba a la anochecida, en la solemnidad de la Virgen de la Cabeza, Patrona de Andújar, de la Diócesis de Jaén y titular de unas cincuenta cofradías filiales extendidas por toda España. La más antigua de nuestra comunidad (en España la supera en veteranía la romería de la Concha de Zamora) y la segunda en número de asistentes. Con esos datos, podría esperarse una felicidad plena, una radical satisfacción en los romeros de aquella gran fiesta mariana.

Sin embargo, en todas partes cuecen habas. La Cofradía Matriz, a causa de unas pugnas con el Obispado por la inmatriculación de Santuario y las dependencias adyacentes, se encuentra intervenido en manos de una comisión gestora. La Madre y Maestra de este sentimiento romero estará tomando en estos días nuevas fuerzas para retornar al encuentro y las relaciones habituales entre todos los estamentos implicados en la devoción. Sin duda, lo de Andújar es solo una muestra más de la necesidad de Misericordia que seguimos teniendo todos con todos, desde los más altos a los más humildes. Hermandades fragmentadas como ésta, comunidades divididas en sectores o bandos, laicos y religiosos, creyentes y ateos muchas veces indispuestos a dialogar, con lo bien que sanan así las heridas y lo bien que cicatrizan las que estuvieran abiertas. Eso nos pasa por esperar siempre del otro, por negarnos a dar el primer paso en el arrepentimiento y en la conversión. Nos creemos los más listos, los más guapos, los más comunicativos, y nos dejamos atrás la humanidad. De ser hombres es propio discutir, pero también (o al menos así debiera ser) es propio entenderse. Cuando llegue el Rocío, el domingo de Pentecostés leeremos aquello de que «todos los oían hablar en su propia lengua» en referencia a la predicación apostólica. Quizá en Andújar, en Almonte, en Sevilla... habría que pedir que Dios nos diera a todos ese carisma de hablar siempre en la lengua propia del de enfrente. Más que la lengua propia, yo diría la materna, que cuando las madres hablan las entendemos bien. Hay que proponérselo, pero no con la boca chica ni con pocas ganas, porque así no llegamos a ningún sitio. Es preciso ponerse en marcha desde donde estemos, y llegar todo lo lejos que podamos. Algún bien podremos hacer, con tan buena proposición, hasta a las piedras del camino.

Mi corazón está hoy en Andújar, con mi gente de la Cabeza de Sevilla. Mi afecto porque están viviendo la antesala de esa alegría tan grande de llevar a la Morenita a la Catedral para el pregón de las Glorias de Sevilla. Que Ella, en lo alto del Cerro, ayude a quitar los peñascos y deje limpias en Andújar las calzadas que llevan al santuario de la fraternidad.