Antropología: una selección fotográfica de la coleccionista Pilar Citoler en la Fundación Valentín de Madariaga

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19 abr 2021 / 08:00 h - Actualizado: 20 abr 2021 / 10:02 h.
  • Antropología: una selección fotográfica de la coleccionista Pilar Citoler en la Fundación Valentín de Madariaga

Ayer se clausuró en Sevilla la que sin duda será una de las grandes muestras dedicadas a la fotografía. Concretamente la formada por una pequeñísima pero notabilísima selección de la Colección que continua reuniendo la extraordinaria mecenas, divulgadora y experta en cualquiera de las facetas del arte, como es PILAR CITOLER.

Mientras algunos estaban en lo del “pescaíto”, el “alumbrao”, el “rebujito” y todo lo demás, la Fundación VALENTÍN DE MADARIAGA volvía a sorprendernos con una de las muestras impecables, pues a lo que parece (y sea quien sea el o la comisaria), siempre está a altura internacional.

Y por supuesto PILAR CITOLER, que tantas muestras y con tanto cariño ha celebrado en nuestra ciudad, no podía defraudarnos. Son tantas y tantas las emociones que nos ha transmitido a través de las imágenes que ha ido adquiriendo, que en esta nueva ocasión, no iba a dejar de desplegar esa atracción tan contagiosa por el arte y en concreto ahora por las fotos.

La exposición –articulada en los espacios de la planta baja- tiene por título “Antropología”: unas series de paisajes interiores y exteriores, humanizados o silvestres, urbanos y rurales, que hacen que nos recreemos en bosques, desiertos, macrociudades, jardines, edificios y detalles que se han fijado a sus respectivos soportes con la luz, el tiempo, la exposición a los agentes químicos, la manipulación analógica o digital.

La Colección que comenzó a crear a fines de los 60 PILAR CITOLER y que en 2013 dona al Museo Pablo Serrano de Zaragoza, consta aproximadamente de un millar y medio de obras entre escultura, pintura, grabados, libros y por supuesto fotos.

Desde ese momento mucho han cambiado las cosas, pero centrándonos en lo que ha sido fotografía, en el modo de hacer, imprimir y aún de verlas en diferentes materiales y medios técnicos, por no insistir en todas las técnicas logradas con la digitalización tanto desde la formación de la imagen, como su impresión.

Coleccionar es una decisión personal, una elección que tiene que ver con muchísimas cuestiones individuales, entre ellas el placer de poseer durante un tiempo o durante toda la vida, esos fragmentos de belleza que se han ido incorporado a nosotros y son parte también de lo que somos.

Antropología: una selección fotográfica de la coleccionista Pilar Citoler en la Fundación Valentín de Madariaga

Pero coleccionar y esto se cumple al 100 x 100 en PILAR CITOLER, es a la par un acto de generosidad total si tenemos en cuenta todas las exposiciones y donaciones que ha hecho y sigue haciendo, para que todos los que sientan esa necesidad interior de ver el mundo a través de los ojos y las manos de otros, o lo que es lo mismo que decir de contemplar fragmentos sentidos y vividos por otros -pues no otra cosa es el arte- disfrutemos en la misma medida que sus autores, porque una de las características fundamentales del arte es que desde el momento en que concluye una obra, deja de pertenecernos para entrar por así decirlo en una dimensión distinta: la que fluctúa en todos aquellos que puedan conocerla.

Si el arte es espejo de lo que vive un autor, de la sociedad o la mentalidad de su tiempo, de la cultura en la que se integra, etc. también lo es su reflejo.

Pero esto va más allá, alcanza a la persona (o personas) coleccionistas –en esta ocasión de ella, de PILAR CITOLER- que por unos momentos, mientras recordaba una imagen “que la perseguía” y se planteaba salir de su consulta de dentista –su “otra” profesión- e ir a por ella, tal vez no sabía del todo porque esto pertenece mejor al subconsciente, que estaba reproduciendo ese mismo proceso de espejo y reflejo asumiendo por una parte su propio mundo, reflejándolo en la obra de “los otros” y dejándose reflejar por el de los autores y obras, para ser después y de nuevo espejo y reflejo en todos los que las conocerían, allá donde la propia vida de la obra, las lleven.

Por esto mismo, otra de las grandes experiencias maravillosas del arte –para el que no se necesita nada salvo sensibilidad- es el que este fenómeno –también bioquímico- se va a reproducir en cada uno de los que se sientan atrapados -en este caso- por las fotografías expuestas.

Recrearse en el arte por el arte, en las estéticas posibles que encierra, en el que se crea no sólo con un fin determinado, sino por el placer de la contemplación trascendente que significa el coleccionismo, es también otro Arte: el de la persona o personas que han creado esa manera interior y exterior de ver el mundo, de constituirlo con cada una de las obras y el conjunto de todas.

Formar una colección y de las características de libre elección que tiene esta, alejada de las modas o mercados, es por supuesto una de las grandes fascinaciones –llámesele por favor Arte- y con mayúsculas. Al tiempo, una especie de erotismo místico, una seducción que sublima cualquier aspecto físico para ir a ese más allá de la profundidad de quien tiene esa característica que puede ser innata o adquirida, aumentada o apagada, individual o compartida.

Por último coleccionar y exponer y donar su colección como hizo PILAR CITOLER, es un gesto de amor, un acto de generosidad porque se trata de compartir nada menos que el gozo y la belleza, de que disfrutemos con esas maravillosas imágenes que ella amó en la intimidad de su casa.

Cuando se comenta una exposición solemos fijar nuestra atención en los autores, títulos, técnicas, temas, formatos,... y pocas veces obviamos el papel fundamental que en todo esto desarrollan los coleccionistas. En una exposición como esta, se hace más que necesario resaltar a la persona que ha estado reuniendo, conservando, custodiando todo lo que ahora podemos ver y lo que nos queda de su amplísimo legado.

Tampoco reparamos en la dificultad que habrá tenido la comisaria, ALICIA VENTURA, estableciendo un preciosista museo efímero en la Avda. Mª Luisa, con las magistrales obras de BLEDA Y ROSA, VARI CARAMÉS, PAULA ANKA, JORGE YEREGUI; JOSÉ GUERRERO, MANUEL VILLARIÑO, ALEXANDRA RANNER, JAVIER RIERA, MICHAEL NAJJAR, ALMELÉ BONDÍA y ÁNGEL MARCOS.

Para esta redactora de EL CORREO DE ANDALUCÍA WEB, un lujazo, al que no me queda más que dar las gracias a todas las personas que la han hecho posible comenzando por VALENTÍN MADARIAGA PARIAS, su presidente, FELIPE LOZANO, responsable de todos los eventos culturales, ...y tantos otros que se quedan en la computadora hasta la próxima expo.