Viéndolas venir

Arbonaida todos los días

Image
Álvaro Romero @aromerobernal1
04 dic 2022 / 12:51 h - Actualizado: 04 dic 2022 / 12:53 h.
"Viéndolas venir"
  • Arbonaida todos los días

El 4 de diciembre de hace 45 años salieron millones de andaluces a la calle, contra las instituciones, para reivindicar que también esta tierra tuviera el derecho de un nombre propio. La jornada se saldó con un mártir en Málaga, y la lucha continuó, hasta que el 28 de febrero de 1980 se consiguió la autonomía con un referéndum que ya tuvo la bendición institucional, aunque también sus zancadillas. Hoy, tantas décadas después, se vuelve a institucionalizar la celebración con la bandera, que fue Arbonaida hace incluso siglos. El peligro sería que nos volviéramos a obsesionar con el símbolo y nos olvidáramos de los andaluces de carne y hueso.

Fue Blas Infante, el asesinado por los franquistas al comienzo de la guerra civil -como Lorca y tantas otras víctimas inocentes por la libertad- quien recuperó el simbolismo de la Arbonaida, que es una palabra que proviene del árabe andalusí y que era en realidad “albulaida”, si bien la mutación de l por r tan propia del castellano hablado en Andalucía terminó por consolidar el nombre de nuestra bandera. Albulaida era el diminutivo de Balad, que significa “mi tierra, mi país”, pero como es un diminutivo podríamos decir que viene a significar “mi pequeño país” o “mi patria chica”. Andalucía como una matria al alcance de la mano, como una tierra real en la que vivir no ejerciendo el nacionalismo miope, sino el amor por la universalidad que solo puede alcanzar quien valora en rigor el lugar que pisa.

El día de Andalucía, sea el 4 de diciembre o el 28 de febrero, es sobre todo el día de todos los andaluces, los hombres y mujeres de verdad que se sienten representados por la blanca y verde todos los días de su vida, no solamente el que decidan por ellos las instituciones de turno. Recordémoslo, porque es imprescindible. Es necesario que entendamos de esta forma el andalucismo, o sea, el orgullo sin chovinismo de haber nacido, de vivir o de sentir esta tierra como propia por la simple lógica de pretender que sus habitantes tengan la misma dignidad que merece el resto de la humanidad. Así de simple, así de andaluz.