Desde la espadaña

¡Arriba las manos que llega la Feria de abril!

Tras el éxito mediático del alcalde con el asunto y su fiasco final, ahora querrá montar la Velá de Santa Ana de Triana en plena Plaza de San Francisco y salir en más portadas

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15 abr 2021 / 08:06 h - Actualizado: 15 abr 2021 / 08:09 h.
"Desde la espadaña"
  • ¡Arriba las manos que llega la Feria de abril!

No acababa la canina de tener su minuto de gloria la pasada Semana Santa cuando el Ayuntamiento sevillano puso en marcha su particular calle del infierno en el recinto de Los Remedios y, además, durante todo un mes (¡quién dijo miedo!). Pero como la caravana de la cordura y la conciencia municipal va torpemente lenta, completamos el mes montando un sucedáneo de recinto ferial en pleno epicentro de Sevilla haciendo una llamada a todos los vecinos del municipio y de fuera del mismo para que se pasen por allí. De este modo, a golpe de martillo de fragua, este Consistorio nos va anunciando, y sarcásticamente hasta felicitándonos, de una nueva ola; la cuarta.

Queramos o no, Sevilla sucumbirá definitivamente al estado idiota de organizar una Feria de abril cuando no existe tal Feria. La publicidad vieja y caduca que quiere hacerse este Ayuntamiento a base de provocar enésimas olas pandémicas en la ciudad es el resultado que corresponde a Sevilla para alcanzar mayores cotas de protagonismo político. Nadie dice hacerse responsable de esta barbaridad de abril como nadie (y menos el ayuntamiento hispalense promotor de este engendro) se hará luego responsable del aumento de contagios. En estos últimos días se está observando un repunte de contagios entre el alumnado de la Universidad de Sevilla así que imagínense ustedes lo que puede ocurrir a primeros de mayo. Como estará la cosa que hasta la asociación de hosteleros se ha desmarcado del desmadre, aunque, eso sí, decorarán sus establecimientos de forma ferial.

Esta ciudad es tan vieja como rica en conocimientos pero, a veces, está muy cansada y se le vence fácilmente ante estos atropellos consistoriales porque aquí muchos no se enteran que Sevilla y Andalucía están en época de pandemia y que al sevillano lo que le importa es salir del desempleo y del COVID. El resto es palo y zanahoria para que sigamos viviendo de la subvención, la fiesta y el farolillo.

Al final se pretende lo que no es, digan lo que digan, porque el montaje fiestero que se ha instalado en la Plaza de San Francisco será una de esas mamarrachadas que impulsan los alcaldes cuando creen tenerlo todo controlado. Hasta el propio Consejero de Sanidad andaluz le ha dicho al alcalde que mal camino lleva la iniciativa y, un minuto después, ya se estaba retractando el Consistorio de algunos de los planes como las actuaciones al aire libre. Es decir, el alcalde sevillano, ya en calidad de Dios supremo del socialismo andaluz, no ha dado marcha atrás hasta que se lo ha dicho la máxima autoridad sanitaria de la Junta en persona. Es lo que se dice pasar del esperpento para llegar al ridículo porque, para más inri, los actos no se anulan, sino que se aplazan.

En definitiva, la Feria de abril del 2021 del alcalde Espadas se quedará en otra bulla de fin de semana con la hostelería llena, aunque la realidad política municipal socialista dirá que este Ayuntamiento ha sabido hacerle un pulso en toda regla a una Junta de Andalucía. Incluso ayer, el alcalde Juan Espadas ha pedido a las autoridades sanitarias “mayor claridad” sobre las nuevas restricciones sanitarias. Como verán, todo un derroche de hipocresía al servicio público.

Supongo que el amor que profesa este alcalde a la ciudad de Málaga fue lo que le llevó a visitar sus templos en plena Semana Santa (lo que usted mande camarada Sánchez) y le dio la idea de una Feria en el centro de Sevilla; a ver si también se trae la limpieza y la seguridad ya que estamos. Pero, acuérdese sevillano, que si se contagia de COVID, el alcalde de Sevilla no ha tenido la culpa ni tampoco la hostelería. Quizás tampoco usted, así que se la echaremos a Snoopy y a Mafalda.

Por todo ello, no busquemos pretextos a la celebración de una Feria de abril que desde sus comienzos nació capada de sensatez incitando a vestirse de flamenca o de corto a sus vecinos durante esos días como si la ciudad se convirtiera en una película de Berlanga; sólo quedaría que el alcalde pasara con el coche descapotable por la Avd. de la Constitución a lo Bienvenido Mr. Marshall.