Pasa la vida

Artesanía creativa para regalar y regalarse

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Juan Luis Pavón juanluispavon1
26 dic 2022 / 04:09 h - Actualizado: 26 dic 2022 / 04:09 h.
"Pasa la vida"
  • María Ramos, maestra artesana del textil; Alicia Domínguez, jefa de sección de Promoción Económica del Ayuntamiento de Sevilla, y Juan Manuel Anguas, director de la Escuela de Formación de Artesanos en Gelves, junto con la ceramista japonesa Yukiko Kitahara en su expositor de la XXIII Feria de la Artesanía Creativa, en la Plaza Nueva de Sevilla.
    María Ramos, maestra artesana del textil; Alicia Domínguez, jefa de sección de Promoción Económica del Ayuntamiento de Sevilla, y Juan Manuel Anguas, director de la Escuela de Formación de Artesanos en Gelves, junto con la ceramista japonesa Yukiko Kitahara en su expositor de la XXIII Feria de la Artesanía Creativa, en la Plaza Nueva de Sevilla.

Aviso a navegantes que surcáis las olas de internet y de las redes sociales: este artículo es válido también para personas que lo lean y residan dentro o fuera de España, a cientos o a miles de kilómetros de la Plaza Nueva, el céntrico emplazamiento donde en Sevilla, hasta el 5 de enero inclusive, se puede disfrutar la Feria de la Artesanía Creativa. Y este artículo no caduca cuando Melchor, Gaspar y Baltasar hayan concluido su ilusionante misión de cada año. Porque hoy en día también es posible a través de los buscadores digitales descubrir la belleza y la originalidad de los creadores artesanales, ver en buenas fotografías cada pieza de sus colecciones realizadas a mano, conseguir sus datos de contacto, comprar a distancia y mediante envío a domicilio. Porque la costumbre de regalar abarca todo el año. Y porque el deseo de aunar tener y ser en tu propio hogar encuentra mejor ese vínculo, para regalarte en cualquier momento dosis de esa aspiración material e inmaterial, en los objetos que cosifican la inspiración artística y la experimentación mediante técnicas artesanales.

Les sugiero un paseo presencial o virtual por algunos de los 66 expositores de talleres de cerámica, cuero, joyería, metal, madera, vidrio, papel, esmalte o textil, en la vigésimotercera edición de este certamen. Uno de los mejores de España. Organizado por la Federación Artesanal de Sevilla, con la implicación del Ayuntamiento hispalense. 36 son de Sevilla, 5 de otros lugares de Andalucía, 24 del resto del territorio español y 1 de Francia. Un jurado elige cada año a los participantes, de entre todas las solicitudes, teniendo en cuenta criterios como calidad, originalidad, innovación técnica y rotación, para ir dando paso a otros talleres.

En la Plaza Nueva, o en la Plaza Internet, curiosee y entre en contacto con la ceramista japonesa Yukiko Kitahara, afincada en Sevilla desde hace 30 años, galardonada en España en 2016 con el Premio Nacional de Artesanía. O con la diseñadora sevillana Camila Puya de Arcos (Camila Velvet como nombre artístico), que está continuando como segunda generación el saber hacer de la pintura sobre seda natural que inició su madre, Margaret de Arcos, aplicado a vestuario y complementos.

Conozca al iraní Reza Baharlou, afincado en Salamanca, y sus miniaturas de estilo persa pintadas sobre hueso de camello. O a Forja Lebrija, marca del maestro artesano Juan José Gómez Delgado, capaz de sentar cátedra tanto en la rejería tradicional como en la creación de objetos muy originales. O las joyas de Pablo Caporali y María José Mattioli, que viven en Binéfar (Huesca). O los grabados de Norberto León desde su taller en Triana. O la artesanía del cuero de Azor Piel procedentes de Cortelazor, en plena Sierra de Aracena (Huelva). O las nuevas creaciones de otros artesanos con expositor propio, como Victoria Fuello, Agustín Martín, Philippe Laffont, Rosa Méndez, Carlos Tellechea, Antonia Rubio, Cristina Ortiz, y hasta donde quieras poner el etcétera.

Larga vida a quienes se aventuran a crear de modo artesanal y a forjar su biografía desde una actividad que aboca a unos ritmos más pausados de los que se estilan en la era del usar-tirar. Y su futuro tendrá más visos de prosperidad si entienden que su lugar en el mundo, su papel en el mundo, es compartido por millones de desperdigados seres humanos con valores similares que aprovechan la cara buena de las telecomunicaciones para aplicar su criterio en la exploración que antaño era imposible estando circunscritos al entorno de su lugar de residencia. Ávidos de nutrirse de creaciones con este cariz, en su afán de aportarse una pátina de diferenciación y de autenticidad respecto a las tendencias de la masificación que se asume directamente como patrón 'normal' de consumo y de comportamientos.